Dr. Rafael Vela Martínez

A finales del pasado mes de febrero, el Consejo Nacional de las Políticas Públicas (CONEVAL), dio a conocer el Informe del Cuarto Trimestre de 2023, sobre Pobreza Laboral en nuestro país. Este concepto se entiende como la situación en la cual, a pesar de tener un empleo, las personas no obtienen el dinero suficiente para tener una alimentación saludable, servicios de salud, educación, transporte, entre otros bienes y servicios de consumo básicos para las familias.

Sobre el particular hay que subrayar que este indicador se refiere exclusivamente a personas que tienen un empleo, y excluye aquellas cuya actividad económica es irregular o inestable, como sucede mucho entre la población del área rural, áreas de componente indígena y en lo que se conoce como cinturones de miseria, que es aquella población que ha migrado del campo a las ciudades y se asientan de forma irregular en la periferia de las ciudades sin tener en su gran mayoría un empleo estable y buenas remuneraciones, como es el caso de la población que en los últimos años ha llegado a las ciudades de Poza Rica, Xalapa, Córdoba, Orizaba, Minatitlán y Coatzacoalcos.

Las personas que experimentan pobreza laboral no pueden cubrir sus necesidades básicas con el salario que reciben, lo cual puede llevar a que dependan de programas sociales o ingresos adicionales, como remesas o empleos informales, para completar sus gastos; y justamente esta es la población que a grupos en las estructuras de gobierno les interesa preservar, pues es la gente que tiende a ser más fácilmente manipulada como reserva electoral, con cuyo voto se garantiza que un partido político siga en el poder, aunque cada vez haya más pobres.

Pues bien, el porcentaje de la población en situación de pobreza laboral a nivel nacional fue de 37%; es decir, 37 personas de cada 100 no contaron con el ingreso laboral suficiente en su hogar para adquirir la canasta alimentaria básica para cada integrante. Es de señalarse que el ingreso laboral real per cápita (promedio), a nivel nacional fue de $3,139.61 mensuales, para el cuarto trimestre de 2023; por su parte, en el ámbito rural fue de $1,867.74 mensuales y en el urbano, de $3,548.76 pesos reales al mes, es decir, cerca del doble en comparación con el ámbito rural.

Por su parte, en Veracruz, para el 2023 más del 50% de la población permaneció en condición de pobreza laboral; quiere decir esto que de los más de 8 millones 60 mil veracruzanos, más de 4 millones 31 mil personas no ganan lo suficiente para comer y alimentarse nutritivamente, mucho menos para atender cuestiones de salud y educación adecuadamente; si a esto se le suma que más de 3 millones 900 mil veracruzanos no tienen acceso a los servicios de salud, la situación se vuelve muy preocupante; pero además es un indicador de un mal gobierno, incapaz de haber mejorado durante casi 6 años las condiciones de pobreza laboral en la entidad.

Pero incluso, es de señalarse que a inicios de la administración de Cuitláhuac García Jiménez, la pobreza por ingresos en Veracruz era de 48.7% (la pobreza por ingresos se centra exclusivamente en la cantidad de dinero que percibe una persona o familia, NO tiene en cuenta si la persona trabaja o no) y ya para finales del primer año de gobierno (tercer trimestre de 2019) se había incrementado a 54.8 el porcentaje de Veracruzanos en pobreza por ingresos. En aquel momento solo estaban en peores condiciones en promedio, los estados de Chiapas con 68.5%, Guerrero con 61.6%, Oaxaca 60.7% y Morelos con 54.6%.

Si se acepta que ambos indicadores (Pobreza Laboral y Pobreza por Ingresos) miden prácticamente lo mismo), hoy en día Veracruz se ubica como el tercer estado (INEGI no aplicó para Guerrero porque lo impedían las devastaciones del Huracán OTIS) con mayor pobreza laboral en el país: en promedio Chiapas registra el 66%; Oaxaca 58 % y Veracruz con 51%, ya no aparece el estado de Morelos, quien mejoró su condición a 48%, aún a pesar de contar con un gobernador tan malo como el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco.
Es importante destacar que mismo CONEVAL ha precisado que el ingreso de la población más pobre del país se compone principalmente de transferencias gubernamentales como son los programas asistenciales y de las remesas, dejando vulnerable a esta población ya que sus fuentes de ingreso no se puedan mantener constantes ante las distintas eventualidades; justamente por ello es que resulta necesario implementar programas y estrategias que fomenten la productividad de la población en situación de pobreza y la redistribución del ingreso.

Es precisamente esta reflexión la que propició que un grupo de académicos nos dedicáramos a definir estrategias para superar la pobreza en Veracruz desde una perspectiva de organización social para el desarrollo; generando movilidad social para que, con los apoyos adecuados a la población más pobre y vulnerable en la entidad, deje de ser dependiente de los programas asistenciales y rehén político electoral para favorecer a quienes, sin que se den cuenta, los mantienen deliberadamente en esa condición de pobreza y dependencia.

La propuesta tiene 3 aristas centrales: primera, una nueva regionalización para Veracruz, con base en el rescate del territorio, para favorecer a quienes lo habitan, a lo cual hemos denominado Regiones Metropolitanas (RM) y se han definido 9 regiones que podrían ser la base de una estrategia de desarrollo, crecimiento económico y generación de empleo en el corto plazo, y que se tiene proyectado beneficiaria de manera inmediata a más de 4 millones y medio de veracruzanos.

La segunda estrategia tiene que ver con la obra Nicho de Inversión Agropecuaria, cuyo trabajo de investigación es de más 4 años con 2 actualizaciones. Es un estudio desde la demanda, que permite conocer que productos se deben producir en el campo veracruzano, con un grado de confianza de más del 90%, de que las inversiones serán rentables y la demanda por consumo será estable por más de 6 años, lo suficiente para que se generen inercias que sienten las bases de un desarrollo agroindustrial, que sería el soporte para empezar a industrializar a Veracruz.

Tercero, una serie de reformas constitucionales locales, que apuntaría hacia el quehacer de lo que en varios países desarrollados se conoce como CUARTO NIVEL DE GOBIERNO. Se trata en esencia de construir todo un andamiaje legal que ponga orden y capitalice el desarrollo metropolitano y macrocefalias económicas de la entidad; defina proyectos de inversión en infraestructura desde una perspectiva INTEGRADORA a nivel regional; y además proyecte obras regionales que atiendan la escasez de agua y los efectos del cambio climático en las Regiones Metropolitanas de Veracruz; entre otras propuestas más.