Por Francisco Javier Hernández
• Solo Entre Mujeres Habrá Competencia?
• Que hay una Ventaja difícil de Remontar
• Se Atreverán a Reventar el Proceso…?
No es necesario ser adivino para saber que la próxima campaña a la Presidencia de la República será más que intensa, no sólo porque realmente no haya una competencia muy pareja entre las dos mujeres contendientes –del tercero, quién sabe–, sino justamente por eso, ya que quien va abajo va a pretender deslegitimar este proceso y es por ello que una de las partes ya está tomando previsiones al respecto.
Y no es porque quien esto escribe ya tenga una favorita, pero lo cierto es que a la fecha todas las mediciones demoscópicas –léase encuestas—le dan a una de las competidoras por el más alto puesto del país una amplía y clara ventaja, lo cual hace prever que muy difícilmente pueda haber un empate, a lo cual le apuesta una de las competidoras, aunque jueguen a su favor la mayor parte de los medios impresos y electrónicos del país.
Sin embargo, a pesar de las previsiones al respecto, se ve que hay quienes están interesados en echar abajo la competencia y sus previsibles resultados y como ya se vio, no necesariamente son residentes del país, sino que se ha conformado todo un engranaje en el que juega un papel muy importante la denostación y la mentira.
Así qué en esta dinámica, no sólo está a prueba la capacidad de una de las contendientes por mantener la ventaja y actuar de manera prudente e inteligente, sino que además deberá hacer los amarres suficientes con una sociedad que ya sabe de lo que se trata: consolidar el camino de la transformación que se inició desde 2018.
De esta manera hemos sido testigos de una precampaña intensa y ahora viene la parte buena, porque a partir del día primero de marzo, ya la cuestión va en serio y todos los factores de poder estarán en juego, más lo que se acumule en esa instancia.
Mientras tanto, la otra competidora hace como que no le interesa conocer el resultado de las mediciones y se ve que para todo tiene una salida merced a su facilidad de palabra, pero no necesariamente a los vastos conocimientos que posea.
Es más, y eso lo decimos sin afán peyorativo alguno, pero la candidata habla de todo y dirige sus mensajes con tanta insidia que parece que con tratar de ridiculizar o exhibir a quien cree su principal contendiente, con ello gana puntos a su favor sin que ello se refleje en las mediciones.
Es más, con ciertas actitudes a veces parece imitar a quien fuera candidato de la derecha y con sus desplantes de populismo –siempre a la derecha—logró hacerse de la Primera Magistratura del País aunque casi de inmediato decepcionó a los miles, que decir, millones que le creyeron sobre un supuesto cambio al que nunca pareció tener en mente.
Es por ello que, tras casi cinco años de un gobierno que ha marcado un cambio –se quiera o no reconocer—ya el pueblo, es decir, la mayoría de la población tiene en mente quien le ha respondido y quienes lo engañaron durante más de 40 años de gobiernos que sólo vieron por una minoría.
Ahora la gente, el común de la calle sabe de lo que se trata y si no lo creen, sería muy bueno que la escucharan cuando habla sobre la pretendida intromisión de la gran potencia del norte en los asuntos que solo compete a los mexicanos, pues sienten que por fin alguien ha logrado levantar la voz no solo para defender la soberanía, sino la misma dignidad del mexicano.
Hoy hay una nueva actitud por parte del populacho, como todavía le llaman de manera soez e ignorante, porque sabe que lo que se inició hace ya más de cinco años, requiere consolidarse por el bien de todos, sobre todo de aquellos que estaban más desprotegidos, haciendo aun lado el odio y la división de una competencia que ya esta a la vuelta de la esquina…
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