Azucena Flores Peña, Coordinadora Territorial de San Andrés Mixquic, en Tláhuac, denunció públicamente ser víctima de violencia política en razón de género por parte de la mayordomía del lugar. En conferencia de prensa, señaló que un grupo de integrantes de este patronato ha orquestado una campaña en su contra, impulsando una asamblea «amañada e ilegal» con el propósito de destituirla de su cargo el próximo domingo 24 de noviembre.

La funcionaria destacó que, desde que asumió su puesto tras ganar con más de 1,800 votos —la cifra más alta en la historia de Mixquic—, ha enfrentado descalificaciones y agresiones constantes. Según Flores Peña, su desempeño como líder comunitaria y su éxito en iniciativas como la organización de la ofrenda de Día de Muertos más grande del mundo, que le otorgó al pueblo un Récord Guinness, han incrementado el rechazo hacia su persona.

“Es una pena que por ser mujer y por trabajar a favor de la comunidad quieran arrebatarme este derecho, que obtuve legítimamente en las urnas. La democracia debe respetarse y los mixquicas no deben permitir que un grupo reducido de caciques vulnere nuestra voluntad”, expresó.

Flores Peña denunció además que las acusaciones en su contra son infundadas y forman parte de una estrategia para desacreditar su liderazgo, basado en la participación activa de las mujeres y el empoderamiento de los ciudadanos en Mixquic.

Llamado a los habitantes de la comunidad

Ante esta situación, hizo un llamado a los habitantes de la comunidad y al público en general para estar atentos y solidarizarse en defensa de su legítima elección como Coordinadora Territorial. “Este no es solo un ataque contra mí, sino contra las mujeres y contra quienes luchamos por el bien común”, puntualizó.

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La asamblea convocada por la mayordomía está programada para el 24 de noviembre en la plaza Juárez, en lo que Flores Peña asegura es un intento por imponer intereses personales sobre el bien de la comunidad.

Con esta denuncia, Flores Peña busca visibilizar la violencia política que enfrentan las mujeres en posiciones de liderazgo, un problema que, según expertos, refleja desigualdades estructurales aún persistentes en muchas comunidades de México.