Exministro chino de Agricultura condenado a muerte


Por: Gilberto Solorza

Tang Renjian, exministro de Agricultura y antiguo gobernador de Gansu, recibió la pena de muerte con suspensión de dos años tras ser hallado culpable de aceptar sobornos por más de 268 millones de yuanes (unos 38 millones de dólares) entre 2007 y 2024.

Si no comete nuevos delitos durante ese periodo, su condena podría reducirse a cadena perpetua. Además, el Estado confiscó todas sus propiedades y recuperará los recursos obtenidos de manera ilícita.

Durante 17 años, Tang favoreció a empresarios en contratos, licitaciones y concursos laborales a cambio de dinero en efectivo y bienes. La investigación mostró un patrón sistemático de corrupción que perjudicó los intereses del Estado y del pueblo chino, afectando la confianza en las instituciones agrícolas.

El tribunal de Changchun basó la sentencia en registros financieros y evidencia documental, complementados por la confesión y el arrepentimiento del propio Tang. Su remordimiento evitó la ejecución inmediata, que habría sido inevitable de otro modo. El juicio duró apenas unos meses.

Con 63 años y cuatro décadas de carrera en el sector agrícola, Tang terminó su trayectoria enfrentando la severidad de la campaña anticorrupción de Xi Jinping. La caída de un alto funcionario de su rango refuerza la política de tolerancia cero hacia los sobornos millonarios.

La condena se enmarca en la purga anticorrupción del presidente Xi, que desde 2012 ha disciplinado a más de un millón de funcionarios, incluidos ministros de Defensa y altos cargos del Partido Comunista. Xi ha señalado que la corrupción representa “la mayor amenaza al Partido Comunista”, y la sentencia de Tang envía un mensaje claro a todos los funcionarios.

El caso podría acelerar la supervisión de la asignación de recursos agrícolas y la transparencia en contratos y licitaciones. La disciplina interna del Partido y el manejo eficiente de fondos públicos podrían reforzarse tras este caso.

Analistas coinciden en que la caída de Tang marcará un precedente en la política agrícola y en la gestión de cargos públicos. Bajo la vigilancia de Xi Jinping, los sobornos millonarios ya no pasan desapercibidos y se pagan caro.

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