Por: Gilberto Solorza
Rusia anunció el desarrollo de una vacuna contra el cáncer basada en tecnología de ARN mensajero (ARNm) y confirmó que comenzarán los ensayos clínicos en humanos.


El Instituto Gamaleya, conocido por la vacuna Sputnik V contra COVID-19, lidera el proyecto y colabora con centros oncológicos como Hertsen y Blokhin. Los investigadores buscan entrenar al sistema inmunológico para identificar y destruir células cancerosas específicas en cada paciente.
El tratamiento no ofrece una cura inmediata ni está disponible de forma masiva, pero introduce un enfoque innovador que combina personalización genética, inteligencia artificial y nanoestructuras lipídicas para mejorar la eficacia del ARNm. El objetivo consiste en eliminar tumores de manera precisa y reducir al mínimo los efectos secundarios y el daño a tejidos sanos.
Ensayos clínicos y resultados preliminares
Los médicos iniciaron la fase 1 de ensayos clínicos con 48 voluntarios que padecen tumores sólidos y ya no responden a cirugía o quimioterapia. El Centro Nacional de Investigación Radiológica Médica del Ministerio de Salud ruso dirige las pruebas. Los primeros resultados muestran un perfil de seguridad favorable, con efectos tóxicos leves y controlados.
Los científicos reportaron en estudios previos con animales una reducción tumoral de entre 60% y 80%. En ratones con melanoma, los tumores y metástasis desaparecieron por completo. La vacuna actúa con virus oncolíticos modificados que destruyen células malignas sin afectar las normales, y con versiones de ARNm diseñadas para adaptarse al perfil genético de cada paciente.
Los investigadores también señalan que la vacuna podría abrir la puerta a tratamientos más eficaces en glioblastoma y cáncer colorrectal. Esperan que los ensayos clínicos confirmen no solo la seguridad, sino también una mejora real en las tasas de supervivencia. Si los resultados son positivos, el Ministerio de Salud ruso planea expandir las pruebas a más hospitales y acelerar el desarrollo en la próxima década.
Comparación y perspectivas
A diferencia de vacunas oncolíticas previas, como GM2-KLH-QS21 para melanoma o las basadas en gangliósidos, el proyecto ruso apuesta por un enfoque altamente específico. La personalización mediante inteligencia artificial y la tecnología ARNm permiten superar limitaciones de inmunogenicidad y precisión que frenaron a intentos anteriores.
Estudios internacionales con vacunas ARNm ya registraron incrementos de hasta 45% en supervivencia para algunos tipos de cáncer. Los resultados preclínicos de la vacuna rusa muestran avances en esa misma dirección. El Estado ruso estima un costo cercano a los 3,000 dólares por dosis, aunque se comprometió a ofrecerla gratis a los pacientes. La distribución inicial se centrará en el país y, según las autoridades, podría expandirse más adelante.