Por: Gilberto Solorza

Los Acereros de Monclova volvieron a domar el infierno. En una fría tarde donde los bates escarlatas no encontraron ritmo, los del norte capitalizaron cada oportunidad y se impusieron 4-1 a los Diablos Rojos del México, líderes de la tabla, en el Estadio Alfredo Harp Helú.

Pese a un sólido inicio en la lomita por parte de Zac Grotz, los Diablos no lograron respaldarlo con ofensiva. Los swings de poder abundaron, pero fueron más altos que productivos. Cada golpe parecía prometer una explosión, pero la pizarra se mantuvo en ceros para los locales hasta la sexta baja.

Monclova abrió la cuenta en la tercera alta, cuando un batazo de Balbino Fuenmayor permitió que José Peraza cruzara el plato para el 1-0. En la siguiente entrada, Aldrem Corredor conectó un cuadrangular que encendió la polémica; los Diablos lo retaron, pero la revisión confirmó la decisión y el daño quedó hecho: 2-0.

Este recuerdo fue especialmente amargo tras el partido del día anterior, en el que Acereros desató una ofensiva de cuatro carreras en la octava alta, sellando un contundente 11-6. El fantasma de ese inning pareció colarse nuevamente.

En la quinta, Rodolfo Amador se sumó a la fiesta con un jonrón solitario. Para la sexta, Allan Cerda pegó un sencillo que permitió a Logan Moore anotar la cuarta carrera de Monclova.

Los capitalinos apenas pudieron descontar en la parte baja del mismo inning con un rodado de José Rondón que llevó a Carlos Sepúlveda al home. Fue la única chispa en una tarde gris para la ofensiva roja.

Con esta victoria, los Acereros no solo firman una mini barrida moral, sino que demuestran que, en la Liga Mexicana de Beisbol, hasta los líderes pueden sangrar.

«¿Qué diablos con los Diablos?». La pregunta retumbó entre la fanaticada que salía del estadio. Dos derrotas consecutivas ante un rival que ya encontró cómo apagar las llamas.