En-redadas e insurrectos

Eduardo Meraz

La impericia, combinada con la soberbia de la actual administración federal llega a límites insospechados y, en fechas recientes, han provocado serios diferendos con sus vecinos del norte y del sur y de los cuales difícilmente saldremos indemnes.

Al contrario, es posible seamos testigos de la expansión de redadas contra los “bad hombres” del cuatroteísmo y de la aplicación de medidas de fuerza o hasta punitivas para detener y reducir a su mínima expresión a los grupos criminales y a sus socios, ya sea en el sector público o el privado.

En la presente semana, hemo visto pronunciamientos de funcionarios y ex funcionarios de Estados Unidos en los cuales hacen señalamientos contra las más altas autoridades del país, tanto por sus declaraciones como por el comportamiento complaciente en materia de seguridad, violencia y control del tráfico de drogas y la migración, frente a los delincuentes.

La “guerra declarativa” entre autoridades de México y Estados Unidos, a raíz de las movilizaciones de integrantes de la comunidad mexicana en la Unión Americana, por las redadas realizadas por las autoridades migratorias norteamericanas, ha tensado el ambiente entre los gobiernos de ambos países.

Los actos vandálicos registrados en la ciudad de Los Ángeles, California, se han convertido en el punto de discordia mutuo; las acusaciones lanzadas de uno y otro lado, muestran el poco entendimiento sobre la realidad de los mexicanos radicados en territorio estadounidense.

Kristi Noem, secretaria de Seguridad de EU acusó a la presidenta Claudia Sheinbaum de incitar a la violencia en las manifestaciones de protesta por las redadas y la aplicación de impuestos a las remesas; apreciación rechazada por la mandataria mexicana.

Enredadas en estos dimes y diretes, en ambos lados de la frontera, los grupos afines a la morenista y al republicano, no parecen abonar a una solución pronta y pacífica, como lo demuestra el hecho del aumento de elementos de la guardia nacional norteamericana y la posible actuación de los “Marines”.

El propio presidente Donald Trump se refirió a los momentos conflictos que se viven en Los Ángeles y en otras ciudades angelinas y texanas. Y por primera vez aludió a una posible “insurrección”, ante lo cual respondería con toda la fuerza del Estado, a fin de salvaguardar la soberanía de su país.

Para completar el cuadro, Derek Maltz, exjefe de la Administración para el Control de Drogas (DEA), sugiere que Estados Unidos realice operaciones en México contra grupos del crimen organizado, luego de que se comprobó la participación de mercenarios colombianos en las filas del Cártel de Sinaloa.

En México, siguiendo el rancio, pero vigente, esquema masioserista, los gobernadores y fuerzas vivas de Morena “ipso facto» desempolvaron el “machote” de respaldo incondicional a la habitante de Palacio Nacional.

En tanto, opositores y adversarios al tiempo de cuestionar los dichos previos de la presidenta Sheinbaum Pardo y su mala gestión, hicieron un llamado a buscar el diálogo con su homólogo norteamericano para resolver los diferendos, en vez de buscar ahondarlos.

En cambio, en el lado sur de la frontera mexicana, México ha tenido que ofrecer disculpas por la incursión involuntaria de policías chiapanecos a territorio guatemalteco, por perseguir a un grupo de delincuentes. El gobierno de Guatemala emitió una nota diplomática de protesta por estos hechos.

La presidenta Claudia Sheinbaum lamentó este suceso y aseguró que no se puede violentar la soberanía de un país.

En ese sentido, la mandataria federal no respaldo las declaraciones del gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, quién había acusado a las autoridades de seguridad de Guatemala de estar “coludidas” y “al servicio” de la delincuencia organizada.

Contraria a la postura asumida ante su vecino norteño, la habitante de Palacio Nacional sostuvo -sobre el asunto guatemalteco- que cada quien debe trabajar en su propio territorio y establecer las formas de coordinación y si hay pues alguna denuncia particular pues que se vean a este nivel de coordinación de seguridad entre los dos países», comentó Sheinbaum Pardo.

Los distintos matices empleados por la mandataria mexicana para referirse a las relaciones entre México y Estados Unidos, han dado lugar a respuestas no tan diplomáticas de la administración de Donald Trump.

Así, cautiva de sus enredadas y en-redadas declaraciones, podrían derivar en insurrecciones aquí y allá.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Fitch Ratings advirtió este martes que México se perfila hacia una recesión económica en 2025 al ser el país más vulnerable de Latinoamérica a la incertidumbre comercial derivada del aumento de aranceles por parte de Estados Unidos.