PULSO

Eduardo Meraz

Afanes

Eduardo Meraz

Miraba tu mayoría con afán la mía y en el presente siglo los papeles se han invertido, sobre todo porque ahora a esa preponderancia se le adereza con absolutismo, y tenemos a la vista la reencarnación del poder de poderes, la dictadura perfecta.

Por supuesto hay diferencias. Antes se simulaba con la inteligencia con hombres de pensamiento e inteligencia política de elevados niveles; en los días actuales lo burdo, tosco, rústico en las ideas y la anulación de la civilidad ejercen su supremacía desde el partido en el poder y en el Congreso federal.

Para suplir o esconder la palurdez guinda, sus principales dirigentes y legisladores recurren a la diatriba, la descalificación. Y si eso resulta insuficiente hacen uso de los abusos y costumbres propios del feudalismo más rancio.

Ciertamente aprovechan mejor la modernidad, pero de la manera más vulgar, al suplir los edictos reales por acordeones, a través de los cuales decían a los vasallos y servidumbre cómo comportarse 7y hacia quién entregar bienes y vida de ser necesario.

Esos afanes absolutistas y monárquicos en medio de los cuales viven y se desviven las distintas corrientes del cuatroteísmo amenazan con convertirse en un mal endémico del virus “lopista”, que está acabando con la salud de la República y las libertades y derechos humanos de sus habitantes.

La nueva cepa virulenta se ha ensañado con el poder judicial que se había convertido en el último escudo de la democracia liberal. La evidente fuerza de contagio -y no moral- del lopismo, sin embargo, está encontrando su antídoto entre sus compiches de antaño.

Hoy esos aliados (disidencia magisterial, petroleros, Partido del Trabajo y Partido Verde, entre los más conocidos) empiezan a dar muestras de resistencia a la enfermedad.

Ya se dieron cuenta de que las migajas caídas de la mesa del poder son miseria, por lo que ya empiezan a demandar la parte proporcional, por todos los esfuerzos y sacrificios brindados al morenismo.

En el propio organismo de Morena, empiezan a aparecer anticuerpos, que se convierten en sólida defensa ante la oleada purulenta que recorre el país. Medicina alternativa, emanada de la sabiduría sobreviviente y también de impulsos externos han servido de vacuna ante los afanes enfermizos y totalitarios.

Estos maestros del chantaje y el autoengaño ahora nos quieren hablar de las ventajas de contar con un poder judicial, 100 por ciento morenista, y únicamente votado por morenistas es lo mejor que pudo haberle pasado a México, sin darse cuenta que alrededor de 90 millones de ciudadanos rechazaron esta simulación.

Con base en los datos ofrecidos por el Instituto Nacional Electoral (INE), que por todos los medios quiere evitar ser evaluado por esta fracasada elección, los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y los cinco magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial, Morena tendría garantizado la aprobación de cualquier ordenamiento y hacer realidad sus afanes supremacistas.

Sin embargo, al interior del partido guinda, legisladores de ese partido han dicho que estos resultados no son un cheque en blanco para los juzgadores y mucho menos que meterían las manos al fuego por ellos. Es decir, ni ellos mismos confían en la honradez de sus correligionarios.

La época de miseria -material y espiritual- en la cual nos encontramos los mexicanos en estos días, es como consecuencia del virus lopista que por más empeño que pone, no ha logrado una inoculación completa, aunque sí ha logrado minar la salud política de la habitante de Palacio Nacional.

Para millones de mexicanos, a pesar de los afanes morenistas por quererle cambiar el nombre, la gente le sigue llamando democracia a la posibilidad de optar por diversas opciones, y no la visión única. Así lo expresó el pasado 1 de junio.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

La aparición de la facción guerrillera del magisterio ¿a quién beneficia?

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