Por: Isabella Lopeznájera
En medio del crecimiento urbano y los altos niveles de contaminación, las áreas verdes de la Ciudad de México juegan un papel esencial en la calidad de vida de sus habitantes y en la sostenibilidad ambiental.


Estos espacios, conocidos como los “pulmones de la ciudad”, son mucho más que zonas recreativas: purifican el aire, regulan el clima y son hábitat de múltiples especies.
A través del proceso de fotosíntesis, los árboles absorben dióxido de carbono (CO₂) y liberan oxígeno, al mismo tiempo que retienen partículas contaminantes y neutralizan olores. Estas funciones hacen de las áreas verdes una herramienta vital frente al cambio climático y a los retos ambientales en zonas urbanas densamente pobladas.
Principales pulmones verdes de la Ciudad de México
Bosque de Chapultepec
Con más de 678 hectáreas, es el principal pulmón de la ciudad y representa cerca de la mitad de las áreas verdes urbanas. Su riqueza ecológica lo convierte en un espacio vital para la vida silvestre y la recreación.
Desierto de los Leones
Este parque nacional alberga más de 1,866 hectáreas de bosque, donde conviven diversas especies de flora y fauna. Es uno de los sitios con mayor valor ecológico del Valle de México.
Bosque de San Juan de Aragón
Ubicado al norte de la capital, cuenta con 162 hectáreas y es la segunda área verde más grande. Es un punto clave para la recreación y la conservación de biodiversidad.
Viveros de Coyoacán
Este espacio no solo ofrece áreas para el esparcimiento, sino que produce árboles para la reforestación de la ciudad, lo que lo convierte en un centro estratégico para mantener el equilibrio ecológico.
Estos pulmones urbanos cumplen funciones fundamentales como la captura de carbono, la regulación de la temperatura, la recarga de mantos acuíferos y el resguardo de biodiversidad. En tiempos de emergencia climática, su conservación ya no es una opción: es una necesidad urgente.
Educación ambiental y responsabilidad ciudadana
La protección de estos espacios no solo recae en las autoridades, sino también en la ciudadanía. Durante las visitas a estos sitios se debe evitar dejar basura, no alimentar a la fauna silvestre y seguir las reglas de convivencia para no alterar el ecosistema.
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