Por Giovanna Montero

Mucha gente se le dificulta hablar de sus sentimientos porque es un tabú en la sociedad, es claro que la mayoría de gente prefiere callar lo que siente, puede ser por no saber identificar la emoción, miedo a ser juzgado o rechazado, no puede visibilizar las emociones, es decir no las reconoce o las entiende, se dejan influenciar por lo que dice la sociedad, en fin, muchas razones que alejan al ser humano de hablar de sus emociones.

Esto está relacionado con la baja autoestima, donde el qué dirán se convierte en la pieza más importante de cómo actúas, de cómo te muestras a los demás, echando a un lado tus sentimientos, por encajar, por no ser juzgado, rechazado.

A la larga, esto puede afectar a la salud mental, según el estudio «The link between emotion suppression and psychological health» (S.G. Hofmann, 2009) dice que el evitar sentir emociones puede influir directamente en los trastornos mentales como la ansiedad o depresión.

O incluso con los vínculos que creamos, la situación se torna tensa, o tenemos relaciones superficiales, vacías, sin interés, lo que genera conflictos, distanciamiento y ruptura del vínculo.

Hablar de nuestros sentimientos no debería ser algo malo, o que dañe nuestra salud mental, pues ayuda a desahogarnos, compartir con otros nuestro mundo interno, nuestras ideas, sentimientos y pensamientos. Somos personas, lo que queremos es entender el mundo y a nosotros mismos, y solo se logra si expresamos nuestras emociones y sentimientos.