Política e Historia

El grito nacional

Por Óscar Tamez

Claudia Sheinbaum dio nota al protagonizar el primer grito por el día de la independencia desde el balcón en palacio nacional, emitido por una presidenta. La primera mujer en hacerlo desde esa posición gubernamental.

Leí en redes comentarios surrealistas donde afirman que no fue la primera mujer, que antaño hubo otras.

Son desde mi personal perspectiva debates estériles, es sin duda alguna, la primera mujer presidenta y por tal la primera desde esa función en cumplir con el protocolo patrio.

Como era de esperar, incluyó en su arenga a mujeres insurgentes. Visibilizó el papel de cientos o miles de ellas quienes desde el anonimato creyeron en un ideario político y social.

El manejo del simbolismo y el momento patrio fue manejado con pulcritud lo cual permitió que las notas de los siguientes días destacaran este momento del 15 de septiembre por la noche y dieran respiro a la crisis derivada por el guachicoleo de cuello almidonado, a las complicidades de cuatroteños con grupos delictivos y la posibilidad de que el expresidente López esté involucrado por acción u omisión en los graves delitos.

Pareciera que el mensaje del secretario de la marina armada fue paliativo en la bola de nieve del guachicoleo, pero una simple aspirina ante la gravedad del problema, pues admitir lo evidente aporta en la honorabilidad de la institución y los personajes, pero no explica ni ofrece soluciones al fondo del problema.

El delito no se ha explicado, faltan conocer cómplices, omisiones que permitieron operar a los servidores públicos convertidos en delincuentes, destino del producto, mecanismos de distribución, complicidades en las casetas de cobro de las carreteras y muchas interrogantes más. Reconocer el problema puede ser el principio de la cura, pero no parece que haya iniciado el tratamiento más allá de las declaraciones.

Este solo asunto es para tambalear las estructuras, pero no llega solo, se acompaña de “la barredora”, ese grupo delictivo que operando en Tabasco gozó de la complicidad u omisión de los gobernadores en turno, incluyendo al coordinador del senado cuatroteño.

No se trata de inculpar, el interés es reflexionar cuán aislado puede estar un mandatario de la realidad a causa de algunos equipos de trabajo en su entorno, si los gobernadores no se enteraron es porque vivían en una realidad paralela, alterna a la del resto de los tabasqueños.

No hay forma de excluir de las preguntas a los gobernadores, el problema para ellos es que la omisión, las reservas, la negación a dar frente al problema despierta sospechosismos.

La presidenta dio el grito, un grito enmarcado en conspiraciones, delincuencia y corrupción en las más altas esferas del poder público federal.

Se defiende al expresidente López, ¿no sería apropiado exigirle que dé la cara y explique sus verdades, que explique cómo sabiendo todo el presidente, no actuó con oportunidad?

El gobierno federal y la presidenta han transitado por la puerta grande a pesar de las herencias malditas del mentor, poner la investidura por él y gastar la imagen ¿será oportuno?

El segundo piso de la 4T está fortalecido contra las bombas detonadas por sus mismos correligionarios, es tiempo de replantear si les conviene cargar con el lastre del lopezobradorismo o dejar que la gente del pasado explique el pasado.

Fue el primer grito de una mujer presidenta y se da en un entorno de hostilidad y fracturas.

La presidenta carga culpas ajenas y debería dejar que los implicados las expliquen antes que en su gobierno se paguen las consecuencias.

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AA

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