PALACIO

“Más caro el caldo que las albóndigas”

Por Mario Díaz

  • Militarización de las aduanas mexicanas no dio el resultado esperado
  • Contrabando de huachicol dinamitó la imagen y credibilidad de la Semar
  • Estela de muerte y dolor envuelve al contrabando documentado

H. Matamoros, Tamaulipas.- A pesar de la postura del gobierno de la Cuarta Transformación en el sentido de que no por la actuación de “algunos cuantos” se mancha a una institución, la realidad es que el contrabando de huachicol se convirtió en un proyectil que impactó la línea de flotación de la nave insignia de la Secretaría de Marina Armada de México.

La imagen de inmaculada, de respeto, pulcritud y transparencia fue borrada de un plumazo no “por algunos cuantos” sino por los sobrinos del ex secretario de Marina RAFAEL OJEDA DURÁN, quienes, entre paréntesis, escalaron rápidamente la cadena de mando y grados en ese instituto armado.

Hasta hace algunas semanas la Marina Armada de México era la institución mexicana de mayor confiabilidad y credibilidad, avalada, incluso, por el gobierno de los Estados Unidos. Desafortunadamente, la confianza ganada se fue por la borda por el mal actuar de los altos mandos MANUEL ROBERTO FARÍAS LAGUNA, detenido en operativo federal, y su hermano FERNANDO FARÍAS LAGUNA, quien logró un amparo contra la orden de aprehensión que pesa en su contra por el delito de contrabando de hidrocarburos.

Sin embargo, desde una perspectiva objetiva y lógica, los hermanos FARÍAS no habrían encabezado el contrabando de huachicol en aduanas marítimas sin el apoyo de los mandos superiores de la Secretaría de Marina, lo que, en consecuencia, involucra al secretario de la SEMAR durante el sexenio lopezobradorista, RAFAEL OJEDA DURÁN.

Además, desde la óptica de que un presidente de la república “está enterado de todo” y es la “persona más informada de México”, no resulta temerario ni aventurado presumir que el entonces mandatario nacional ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR tenía conocimiento y permitía esa actividad ilícita que afecta millonariamente las finanzas nacionales.

Cabe recordar que durante el sexenio del primer piso de la Cuarta Transformación-en 2020 para ser exactos-se militarizaron las aduanas mexicanas bajo el argumento de terminar con la corrupción e incrementar la recaudación fiscal. Las aduanas terrestres funcionarían bajo la tutela de la Secretaría de la Defensa Nacional y las marítimas estarían a cargo de la Secretaría de Marina Armada de México.

Al final de la jornada la realidad se impuso al mito anticorrupción de las fuerzas castrenses derivado de su formación y disciplina militar, según se desprende de las indagatorias asociadas al contrabando documentado de hidrocarburos.

Los aseguramientos de millones de litros de carburantes en los puertos de Tampico y Altamira en el estado de Tamaulipas, una acción similar en el estado de Baja California y el decomiso de combustible en carros-tanque de ferrocarriles en el estado de Coahuila dinamitaron la imagen de honestidad y credibilidad de la SEDENA y la    SEMAR.

Pero no tan solo el se ha generado un saldo negativo en cuanto a imagen; el contrabando de huachicol tolerado por las fuerzas militares mexicanas con el seguro respaldo del grupo político en el poder ha provocado una serie de asesinatos con alto grado de presunción de estar asociados a esa ilícita actividad.

Veamos:

En mayo de 2023 fue asesinado en Manzanillo, Colima, el Capitán de Navío SERGIO EMMANUEL MARTÍNEZ COVARRUBIAS, a escasas dos semanas de haber asumido la responsabilidad en ese puerto marítimo.

En noviembre de ese mismo año, también en Manzanillo, Colima, fue ultimado a tiros el Contralmirante FERNANDO RUBÉN GUERRERO ALCÁNTAR, quien se desempeñaba como director general de Recaudación de Aduanas, presuntamente por haber denunciado una red de corrupción que vinculaba a los hermanos MANUEL ROBERTO y FERNANDO FARÍAS LAGUNA, sobrinos del entonces secretario de Marina, RAFAEL OJEDA DURÁN.

Posteriormente, en mayo de 2024 en la Ciudad de México, fue asesinado el exfuncionario de la Agencia Nacional de Aduanas de México, CARLOS NARÁEZ ROMERO.

En octubre de 2024 un comando armado asesinó a la funcionaria de la Fiscalía General de la República (FGR) MAGALI JANET NAVA, quien tenía a su cargo una investigación relacionada con la operatividad de una red que se dedicaba al contrabando documentado de hidrocarburos.

Presumiblemente, por el mismo motivo, pero en Reynosa, Tamaulipas, en agosto del presente año fue masacrado a balazos el entonces delegado de la Fiscalía General de la República en Tamaulipas, ERNESTO VÁZQUEZ REYNA.

La estela de sangre y muerte derivada del contrabando de huachicol cobró la vida del Capitán de Navío ABRAHAM JEREMÍAS PÉREZ RAMÍREZ, quien se desempeñaba como jefe de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, Tamaulipas, aunque la versión oficial sostiene que se trató de un suicidio.

El último caso violento se registró durante “una práctica de tiro con fuego real” en Puerto Peñasco, Sonora, donde “accidentalmente” perdió la vida el Capitán de Navío ADRIÁN OMAR DEL ÁNGEL ZÚÑIGA, quien se había desempeñado-en 2023- como subadministrador de Operación Aduanera en Manzanillo, Colima.

Como es evidente, la militarización de las aduanas mexicanas terrestres y marítimas podría matizarse con ese viejo refrán popular que dice “salió más caro el caldo que las albóndigas”.

Ni hablar.

DESDE EL BALCÓN:

I.-Y, en efecto, el contrabando de huachicol se convirtió en un torpedo que impactó la línea de flotación de la nave insignia de la Secretaría de Marina Armada de México.

Otra vez…ni hablar.

Y hasta la próxima.

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