La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, firmó un acuerdo histórico en el que el Estado mexicano reconoce formalmente los hechos ocurridos el 2 de octubre de 1968 como un crimen de lesa humanidad.
Durante el anuncio, Sheinbaum ofreció una disculpa pública a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad mexicana, en un acto destinado a preservar la memoria histórica y garantizar que hechos similares no se repitan.
El documento oficial firmado por Sheinbaum reconoce la responsabilidad gubernamental en la masacre perpetrada contra integrantes del movimiento estudiantil que, en su momento, exigían democracia y libertad. Este acuerdo reconoce políticamente lo sucedido como un acto represivo y violento cometido por el Estado mexicano bajo las órdenes del entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz.
Reconocimiento histórico y disculpa pública
En su primera conferencia matutina, «Las mañaneras del pueblo», Sheinbaum recordó los dolorosos eventos de Tlatelolco, donde cientos de estudiantes fueron asesinados o encarcelados por las fuerzas armadas. «Este movimiento abrió la puerta a la participación política de jóvenes y de la sociedad en su conjunto, por un país más democrático», declaró.
Sheinbaum también destacó que esta disculpa pública, iniciada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, es parte de un esfuerzo más amplio para reconocer los crímenes de lesa humanidad y evitar su repetición. La presidenta, cuyo vínculo personal con el movimiento estudiantil fue clave para su formación como luchadora social, subrayó la importancia de este acto para honrar la memoria de las víctimas.
Medidas para evitar la repetición
El acuerdo firmado establece seis artículos que garantizan la no repetición de hechos violentos contra la población mexicana. Sheinbaum se comprometió a reforzar la educación en derechos humanos y a asegurar que las fuerzas armadas nunca sean usadas para reprimir al pueblo. Además, se destacó la importancia de preservar la memoria histórica y buscar justicia para las víctimas y sus familias.
Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Gobernación, fue la encargada de ofrecer una disculpa pública en nombre del Estado mexicano, reconociendo el impacto de la masacre de Tlatelolco y reafirmando el compromiso de la administración actual con la verdad, la justicia y la no repetición.
Un legado que sigue vigente
Pablo Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera y sobreviviente del movimiento estudiantil de 1968, destacó la relevancia actual de este movimiento. Señaló que sus principios de democracia y libertades son parte fundamental de la Cuarta Transformación liderada por el actual gobierno. “La Cuarta T proviene en gran medida del mensaje y la lucha del movimiento estudiantil de 1968”, afirmó.