Descanse en paz don Alejandro Herrera Flores

El líder ferrocarrilero Alejandro Herrera Flores, nació el 10 de enero de 1920, en la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas. Fue hijo de Alejandro Herrera González y Francisca Flores Ancira.

El 3 de marzo de 1946, se casó con Zulema Lugo y de su matrimonio nacieron Elizabeth, Alejandro, Silvia Elia, Leticia Alejandra, Francisca Yolanda, Alberto Alejandro, Zulema del Carmen, Mirna Teresa y Roberto Alejandro Herrera Lugo.   

Su padre trabajó en el taller de los ferrocarriles, pero muy joven enfermó, por ello Alejandro ingresó a la nómina de Ferrocarriles Nacionales de México cubriendo el lugar que tenía su padre en el taller de máquinas. Estuvo dos años cubriendo esa plaza y estudiando, después pasó a la oficina de Aduanas y escaló posiciones logrando ser Secretario General de Sindicato en la sección correspondiente a Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Líder Sindical en la década de los cincuenta, fue testigo de uno de los movimientos sociales más importantes de nuestro país, la huelga ferrocarrilera de 1958, por la demanda de los trabajadores de mejores salarios y democracia sindical.

Entre sus anécdotas relata que los representantes del sindicato de su sección fueron llamados a las oficinas del ayuntamiento de Nuevo Laredo, Tamaulipas, para invitarlos a que cesarán el movimiento, y cuando llegaron se percataron de la presencia de Ejercito Nacional, luego, dio inicio la reunión con la comisión que acudía desde la Ciudad de México, para solicitarles el cese del movimiento, y al no desistir de las peticiones de mejoras laborales para los trabajadores se les informó “señores, a partir de este momento ustedes están presos”, por lo que al salir de las oficinas ayuntamiento, ya estaban en calidad de detenidos y rodeados por soldados, por ello, Alejandro con toda la elegancia que le caracterizaba, se tomó unos momentos para dar aviso a sus compañeros en la forma previamente acordada, la cual consistía en que encender un cigarrillo, esa era la señal acordada con el resto de los integrantes del sindicato que esperaban en la plaza la salida de sus representantes sindicales, ya se tenía el acuerdo de dar aviso a la sede nacional de ese suceso y de nombrar al suplente de Secretario General Sindicato, pero la lucha debía seguir.

Ellos estuvieron presos en el sótano del ayuntamiento de esa ciudad fronteriza, y la misma situación aconteció en otras ciudades del territorio nacional, por lo que los trabajadores del sindicato, bajo las órdenes de su líder nacional Demetrio Vallejo, dieron la orden de detener los trenes en el lugar en donde se encontraran en todo el territorio nacional y así se hizo.

Los trenes pararon y el gobierno federal ejerció represión política y militar.

Alejandro Herrera contaba que llegaban los abogados y ofrecían realizar su defensa legal “gratis para los ferrocarrileros”, pero ello implicaba ceder “al movimiento” y no lo hicieron, se mantuvieron firmes y después de varios días de paro nacional de los ferrocarriles, finalmente el gobierno accedió a negociar las peticiones del sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros, motivo por el cual se normalizó la marcha de los trenes.  

No obstante, el movimiento sindical fue objeto de represión y sus líderes fueron perseguidos por “agitadores”,  pues otros sindicatos como los de los telegrafistas y maestros, también exigieron mejoras laborales para sus trabajadores, por ello, muchos ferrocarrileros fueron despedidos y sus líderes principales, Demetrio Vallejo (Oaxaca) y Valentín Campa (Nuevo León) estuvieron presos en el Palacio de Lecumberri durante 10 años.

Durante los tres años que don Alejandro Herrera Flores, estuvo como Secretario General del Sindicato de Ferrocarrileros en aquella ciudad, promovió diversas obras para los agremiados y recuerdaba con orgullo que buscó mejorar las condiciones laborales de las mujeres trabajadoras, asegurar la asistencia médica y llevó a nombre del sindicato, uniformes completos a algunas escuelas de Nuevo Laredo, Tamaulipas y de Anáhuac, Nuevo León.

La familia de don Alejandro, hoy sufre por su partida. Siempre se sintió orgulloso de lo que significó para él ser ferrocarrilero. Siempre se recordará a este gran hombre, parte de la historia de mexicana y líder ferrocarrilero: Alejandro Herrera Flores.

Descanse en paz

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