Mineral del Monte: El pueblo más alto, la fe más firme


Por: Fernando Dávila

A 2,760 metros sobre el nivel del mar, Mineral del Monte, en Hidalgo, se alza como el pueblo más alto habitado en México.

Aunque la actividad minera cesó en 2005, la fe y las tradiciones de sus habitantes siguen vivas, especialmente durante la festividad del “Dulce Nombre”, dedicada al Señor de Zelontla, también conocido como el Cristo de los mineros.

El Señor de Zelontla: Protector y amigo

“Zelontla significa ‘mi compa’ o ‘mi amigo’. Así lo llamamos porque es nuestro protector”, explicó José, trabajador del Museo de la Mina de Acosta. Esta celebración, que se lleva a cabo del 17 al 19 de enero, incluye una procesión en la que los habitantes cargan la imagen del santo por las calles principales y comunidades cercanas, acompañados de cantos y cuetes que expresan gratitud por la protección que brindó a los mineros en su peligrosa labor.

Una tradición que une generaciones

Mar Viveros, vecina del pueblo, destacó la importancia de la organización comunitaria en la festividad. “Hoy les toca a los mineros, mañana a los comerciantes, al barrio o a los jóvenes”, relató. Cada sector de la sociedad participa activamente: los niños tocan las campanas, las mujeres lideran los cánticos y todos colaboran para mantener viva esta tradición.

El “Cajoncito”: Una bendición para los niños

Uno de los momentos más emotivos de la celebración es el “cajoncito”, donde los niños son colocados bajo la capa del Señor de Zelontla para recibir su bendición. Según la creencia local, este ritual ayuda a los pequeños a hablar o sanar. Esta práctica no solo fortalece la fe de las familias, sino que también involucra a las nuevas generaciones en la tradición, asegurando su continuidad.

Turismo y difusión en la era digital

Más allá de su significado religioso, la festividad atrae a turistas que buscan conocer la riqueza cultural de Mineral del Monte. “A veces traen a los voladores de Papantla”, comentó Daniela, destacando cómo la tradición local se enriquece con expresiones culturales de otras regiones.

En la actualidad, las redes sociales han sido fundamentales para difundir esta celebración. “Nosotros mismos posteamos en nuestras redes”, afirmó una comerciante, quien resaltó que la convocatoria y organización dependen de la unión de los realmontenses. Esta difusión no solo mantiene viva la identidad del pueblo, sino que también invita a turistas y visitantes a ser parte de esta experiencia única.

Un legado que perdura

Mineral del Monte es un ejemplo de cómo la fe y las tradiciones pueden trascender el tiempo y las adversidades. A través de festividades como la del Señor de Zelontla, sus habitantes preservan su identidad y comparten su riqueza cultural con el mundo. En este pueblo, la fe no solo es firme, sino también un puente que conecta generaciones y culturas.


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