México se estanca en alfabetización


Por: Fernando Dávila

El cierre del ciclo escolar 2024-2025 en México ya es un hecho, y el sistema educativo se ha encontrado no solo con una cruda cifra de casi 1 millón de estudiantes que han abandonado la escuela, sino también un estancamiento evidente en la alfabetización con más de 5 millones de personas que no saben leer ni escribir, manteniendo la cifra desde 2023.

Según datos de la organización social Educación con Rumbo, este año se mantuvo el nivel de analfabetismo en México con 4.2%, lo que equivale a 5.46 millones de personas de 15 años o más con rezago educativo, y aunque se muestran mejoras leves en entidades como Oaxaca, Chiapas y Guerrero de apenas 0.1 y 0.2 puntos porcentuales, esto resulta ineficiente.

La cifra se vuelve mayor cuando se voltea a ver a la población indígena, según datos del INEGI en 2020, más de 1.2 millones de personas indígenas eran analfabetas, lo que representa el 21% de los hablantes de lenguas originarias, es decir, cinco veces más que el promedio nacional.

Estados como Chihuahua (32.9%), Guerrero (30.9%) y Chiapas (25.2%) muestran el nivel más alto en analfabetismo indígena, mientras que la tasa general de estas entidades se encuentra en un promedio de 8.3%. Esto no solo deja expuesta una brecha educativa entre la población general e indígena, sino el impacto limitado en las políticas públicas.

Aunque existen programas enfocados como las Casas del Niño Indígena que remonta su historia desde la década de los sesenta como albergue escolar y en la actualidad se encuentra en 21 entidades federativas o el modelo bilingüe del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) que permanece vigente desde 2012, no parecen tener un alcance proporcional al tamaño del problema.

Es evidente que la existencia de políticas públicas para impulsar la educación ha estado presente, desde la apuesta por enseñar náhuatl en escuelas primarias de la Ciudad de México hasta la implementación de becas para mejorar el ingreso de las familias.

Pero no alcanza a responder el desafío urgente: garantizar alfabetización plena en comunidades donde leer y escribir sigue siendo un privilegio, no un derecho garantizado.

Noticias relacionadas

MÁS NOTICIAS