Por: Fernando Dávila
Las redes sociales se consolidaron como la principal fuente de noticias para los mexicanos, aunque la mayoría mantiene una postura crítica ante la información que circula en ellas.


Un estudio reveló que el 62% de los usuarios no confía en las noticias difundidas en redes y suele comprobar su veracidad en medios tradicionales.
De acuerdo con una encuesta de Poligrama, el 32% de los mexicanos confía más en las redes sociales para informarse. Facebook encabeza la lista de plataformas preferidas con un 39% de usuarios, superando a la televisión, que concentra el 25%. Sin embargo, este comportamiento evidencia un equilibrio frágil entre la comodidad digital y la necesidad de verificar lo que se consume.
Esa confianza aparente se matiza con otro hallazgo: el 35% de los encuestados afirmó que “siempre” revisa la veracidad de las noticias en otros medios, y el 23% dijo hacerlo “casi siempre”. Estos datos reflejan un escepticismo activo frente a la desinformación que prolifera en los entornos digitales.
El fenómeno puede explicarse a través del sesgo de confirmación: las personas buscan y valoran la información que coincide con sus creencias. Los algoritmos de las plataformas refuerzan esa tendencia al crear burbujas informativas que muestran contenido alineado con los gustos e ideas del usuario.
Además, los mexicanos suelen seguir a amigos e influencers con visiones similares, lo que genera cámaras de eco donde las opiniones se repiten hasta sonar verdaderas. En ese entorno, incluso la información falsa o manipulada puede parecer confiable simplemente porque proviene de fuentes familiares.
Aun así, el hecho de que la mayoría verifique las noticias demuestra que los mexicanos han desarrollado una conciencia crítica frente a la saturación informativa de las redes.
En síntesis, las personas usan las plataformas por su inmediatez, pero desconfían lo suficiente para no creer todo lo que leen. En tiempos dominados por la desinformación y las “fake news”, la alfabetización mediática se vuelve una herramienta esencial para distinguir los hechos de las falsedades en el ecosistema digital.