Por: Gilberto Solorza
En 2025, la movilización de $1.3 billones anuales para apoyar a los países en desarrollo en la lucha contra el cambio climático se perfila como uno de los mayores retos a nivel global.
Este objetivo es crucial, pues tiene implicaciones no solo para la acción climática y la conservación ecológica, sino también para la justicia social, según Ani Dasgupta, CEO de World Resources Institute (WRI), quien destacó la urgencia de este desafío durante el evento anual “Stories to Watch” de su organización.
Un Desafío Global de Justicia y Responsabilidad
“El cambio climático no entiende de fronteras; las naciones más ricas deben asumir su responsabilidad financiera, movilizando los $1.3 billones necesarios para ayudar a los países más vulnerables, no solo para adaptarse, sino también para proteger los ecosistemas que el mundo entero necesita para sobrevivir”, afirmó Dasgupta, subrayando la necesidad urgente de cooperación internacional.
Este llamado a la acción se produce en un momento clave para la financiación climática, ya que las naciones más desarrolladas acordaron, por primera vez en 15 años, aumentar su contribución para la mitigación y adaptación del cambio climático en los países en desarrollo. Este acuerdo histórico, ratificado por la ONU el año pasado, establece un objetivo de $300 mil millones anuales para 2035. Sin embargo, este monto sigue siendo insuficiente. Según Dasgupta, se requiere una cifra mucho mayor: $1.3 billones, que es esencial para cerrar la brecha entre lo que los países vulnerables pueden proporcionar y lo que realmente necesitan para financiar su transición hacia economías bajas en carbono y resilientes al clima.
El Impacto del Cambio Climático en los Más Pobres
La financiación climática es, en palabras de Dasgupta, una inversión en un futuro más seguro. Sin el apoyo necesario, las comunidades más pobres, que son las menos responsables de la crisis, seguirán siendo las más afectadas por fenómenos climáticos devastadores como sequías, inundaciones y olas de calor. La falta de financiación adecuada podría poner en riesgo los objetivos globales de descarbonización, dejando al mundo entero más vulnerable ante la crisis existencial que representa el cambio climático.
El Desafío de Mobilizar los Recursos Necesarios
Dasgupta enfatiza que la movilización de los $1.3 billones será difícil, pero alcanzable si se actúa de manera coordinada. Una parte significativa de estos fondos provendrá de los países ricos, ya sea de manera bilateral, multilateral o mediante inversiones privadas. Sin embargo, la mayor parte debe llegar en forma de subvenciones, financiamiento concesional y préstamos a bajo costo para evitar aumentar la deuda de los países en desarrollo. La financiación privada será fundamental, pero esto requerirá políticas públicas inteligentes que desbloqueen los flujos de inversión necesarios.
Algunas soluciones que se están considerando incluyen el mercado de carbono, impuestos a sectores contaminantes como la aviación y el transporte marítimo, y los swaps de deuda por naturaleza. Además, este año será clave para observar cómo se movilizan los recursos necesarios para alcanzar la meta de $1.3 billones, especialmente en áreas clave como el compromiso de los negociadores en la COP30 para duplicar la financiación para la adaptación y el progreso en el Fondo de Pérdidas y Daños.
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