Por: Gilberto Solorza
La Tierra se está acelerando, y en 2025 experimentará algunos de los días más cortos jamás registrados. Según mediciones del Servicio Internacional de Sistemas de Referencia y Rotación de la Tierra (IERS, por sus siglas en inglés), los días 9 y 22 de julio, así como el 5 de agosto, podrían tener hasta 1.5 milisegundos menos que las tradicionales 24 horas (86,400 segundos).


Aunque esta diferencia es imperceptible para la vida cotidiana, tiene implicaciones cruciales para la ciencia y la tecnología. Sistemas de geolocalización, telecomunicaciones, navegación satelital y redes financieras, que dependen de una sincronización extremadamente precisa, podrían verse afectados si no se adaptan a estos cambios.
Este fenómeno, monitoreado con la ayuda de relojes atómicos de altísima precisión, plantea un nuevo desafío: la posible eliminación de un segundo intercalar, algo que jamás se ha hecho antes. Tradicionalmente, los segundos intercalares se añaden para compensar la desaceleración de la Tierra, pero si esta tendencia continúa, en 2029 podría añadirse un “segundo intercalar negativo” para mantener la coherencia entre el tiempo atómico y la rotación terrestre.
¿Por qué se está acelerando la Tierra?
Las causas de esta aceleración son múltiples y aún no completamente comprendidas. Entre las hipótesis más aceptadas por la comunidad científica se encuentran:
- Procesos internos en el núcleo terrestre, que pueden alterar la velocidad de rotación como si el planeta «cambiara de marcha».
- Redistribución de masas debido al deshielo de glaciares, provocado por el calentamiento global. El agua derretida se desplaza hacia el ecuador, acercando la masa al eje de rotación y aumentando la velocidad como si se tratara de un patinador cerrando los brazos.
- Cambios atmosféricos, movimientos tectónicos y grandes terremotos, que modifican la distribución de masa del planeta.
- La posición de la Luna en su órbita: cuando se encuentra más al norte o al sur del ecuador, la rotación se acelera.
- Una aparente inversión de la tendencia natural: si bien la fricción de las mareas generada por la Luna solía frenar lentamente la rotación terrestre, desde 2020 se ha observado lo contrario.
Más allá del reloj: implicaciones geofísicas
Además de los desafíos tecnológicos, este fenómeno tiene implicaciones científicas profundas. La redistribución de masa también podría estar alterando la forma del planeta, aumentando el achatamiento en el ecuador. Estos cambios desafían los modelos clásicos de dinámica terrestre y abren nuevas preguntas sobre la actividad del núcleo del planeta.
Este no es el primer episodio registrado de días más cortos: el 29 de junio de 2022, la Tierra vivió el día más corto hasta entonces, con 1.59 milisegundos menos que lo habitual. Sin embargo, los eventos de 2025 marcarán una aceleración sin precedentes, convirtiéndose en un punto de inflexión en la comprensión del tiempo y la geofísica planetaria.
Aunque no dejaremos de tener 24 horas en el calendario ni sentiremos el paso más veloz del día, la Tierra —sin que lo notemos— sigue girando un poco más rápido cada vez. Y eso, en el mundo de la ciencia y la tecnología, cambia más de lo que parece.