Por: Fernando Dávila
En 1937, durante el gobierno progresista de Lázaro Cárdenas, se estrenó La Mancha de Sangre, una película mexicana que se convirtió en un símbolo de la censura cinematográfica en el país.



Dirigida por el pintor y crítico de arte Adolfo Best-Maugard, la cinta fue prohibida y desapareció durante más de cincuenta años, convirtiéndose en un filme casi mítico. Su trama, que retrataba la vida nocturna, la prostitución, el alcoholismo y la libertad femenina en el México posrevolucionario, chocó con los valores conservadores de la época, lo que llevó a su mutilación y posterior desaparición.
¿Por qué fue censurada?
La Mancha de Sangre fue censurada por incumplir el Reglamento de Supervisión Cinematográfica vigente en aquel entonces. Felipe Gregoriano Castillo, entonces jefe del Departamento de Cine, consideró que la película era inaceptable debido a su contenido, que incluía escenas de prostitución, consumo de alcohol y libertinaje, temas que iban en contra de la moralidad tradicional promovida tanto por el gobierno como por la Iglesia. Aunque la película finalmente se estrenó en 1943, solo fue exhibida durante cuatro semanas en un cine de segunda categoría antes de desaparecer por completo. Durante más de cinco décadas, apenas hubo cuatro menciones registradas de la cinta, según datos de la Filmoteca de la UNAM.
La trama: amor, violencia y desesperación
La historia gira en torno a Camelia (interpretada por Stella Inda), una joven que trabaja como prostituta en un cabaret de la Ciudad de México. En este ambiente de decadencia y libertinaje, Camelia conoce a Guillermo (José Casal), un hombre tímido y provinciano que llega a la capital en busca de una vida mejor. Ambos personajes encuentran en el otro un refugio ante la dureza de su realidad, pero su relación se ve marcada por la violencia, el alcoholismo y la delincuencia. La película retrata de manera cruda y realista las tensiones sociales y morales de la época, mostrando a una mujer que lucha por su autonomía en un mundo dominado por hombres.
Una película mutilada
Debido a la censura, La Mancha de Sangre sufrió cortes abruptos en sus escenas y pérdida de sonido en varios diálogos. Para compensar estas fallas, se añadieron subtítulos en algunas partes, lo que dificultó la comprensión de la trama. Las escenas más polémicas, como aquellas en las que las mujeres bailan, coquetean y beben en el cabaret, fueron especialmente afectadas por la censura. A pesar de estos cortes, la película logró transmitir una visión audaz y moderna de la feminidad, que contrastaba con los valores tradicionales de la sociedad mexicana de la época.
El rescate de un legado cinematográfico
En 1993, la Filmoteca de la UNAM rescató La Mancha de Sangre del olvido, restaurando y preservando una de las primeras representaciones de la mujer moderna en el cine mexicano. La cinta es un testimonio invaluable de la lucha por la autonomía femenina, la búsqueda de identidad y la tensión entre los valores tradicionales y la libertad de expresión. A través de Camelia, la película explora temas como la independencia económica, la sexualidad y la resistencia ante las normas sociales impuestas.
Reflexión sobre el pasado y el presente
La Mancha de Sangre no solo es una pieza histórica del cine mexicano, sino también un reflejo de las luchas que las mujeres han enfrentado a lo largo del tiempo. Su censura y posterior rescate simbolizan la resistencia ante los intentos de silenciar las voces que desafían el status quo. Hoy, la película sigue siendo relevante como un recordatorio de la importancia de la libertad artística y la representación de las mujeres en el cine y la sociedad.