La ciencia explica cómo las altas temperaturas afectan nuestro estado de ánimo


Por: Isabella Lopeznájera

A medida que las temperaturas en México superan los 28°C en la mayoría de los estados, es común escuchar quejas sobre irritabilidad, mal humor y menor tolerancia al calor.

Pero, ¿qué hay detrás de esta sensación? La ciencia confirma que el calor extremo no solo afecta nuestra salud física, sino también nuestro estado de ánimo y comportamiento.

Efectos del calor en el cuerpo y la mente

El calor impacta nuestro organismo de diversas maneras, lo que puede contribuir a un aumento en la irritabilidad:

  1. Deshidratación: La exposición prolongada al calor puede llevar a la deshidratación, lo que afecta el funcionamiento cognitivo y el estado de ánimo. Incluso una leve deshidratación puede causar fatiga, dificultad para concentrarse y cambios de humor.
  2. Aumento de la temperatura corporal: El cuerpo trabaja más para regular su temperatura interna, lo que puede generar fatiga, malestar y estrés.
  3. Alteración del sueño: Las noches calurosas dificultan el descanso adecuado, lo que puede resultar en irritabilidad y menor tolerancia durante el día.

Impacto en el trabajo y las interacciones sociales

El calor también influye en nuestro desempeño laboral y relaciones interpersonales. Según un estudio publicado en la Revista Habanera de Ciencias Médicas, los trabajadores expuestos a altas temperaturas tienen un mayor riesgo de sufrir estrés térmico, lo que reduce su capacidad de concentración y aumenta la irritabilidad.

Además, investigaciones de la Universidad de Córdoba revelan que el estrés térmico en sectores como la construcción no solo afecta la salud física de los trabajadores, sino también su comportamiento social, incrementando la irritabilidad y reduciendo la paciencia en las interacciones diarias.

Recomendaciones para enfrentar el calor

Para mitigar los efectos negativos del calor en nuestro estado de ánimo y salud, los expertos recomiendan:

  • Mantenerse hidratado: Beber agua regularmente y, en caso necesario, consumir electrolitos orales.
  • Protegerse del sol: Usar bloqueador solar de amplio espectro, gorras, sombrillas y ropa que cubra las zonas expuestas.
  • Buscar espacios frescos: Evitar la exposición prolongada al sol y preferir lugares con sombra o aire acondicionado.
  • Cuidar el descanso: Dormir en un ambiente fresco y ventilado para garantizar un sueño reparador.

Conclusión

El calor no solo es una molestia física; también tiene un impacto significativo en nuestro estado emocional y comportamiento. La evidencia científica respalda que las altas temperaturas pueden aumentar la irritabilidad, el estrés y la fatiga. Por ello, es fundamental tomar medidas preventivas para mantenerse fresco, hidratado y consciente de cómo el calor afecta nuestras interacciones diarias.


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