Por: Gilberto Solorza
Hoy, Italia conmemora el 80º aniversario de la Festa della Liberazione (Fiesta de la Liberación, en español), una fecha clave en la historia del país que recuerda el fin del régimen fascista de Benito Mussolini y la ocupación nazi, así como el renacer de la democracia italiana tras la Segunda Guerra Mundial.



La efeméride marca el 25 de abril de 1945, cuando los partisanos —miembros de la resistencia italiana—, con el apoyo de las tropas aliadas, comenzaron la liberación del norte del país. Ciudades como Milán y Turín fueron recuperadas ese mismo día, lo que precipitó la caída definitiva del régimen fascista en Italia.
Aunque la guerra terminó formalmente días después, el 25 de abril quedó instaurado como el símbolo del triunfo de la libertad sobre la opresión.
Un día para recordar y reafirmar valores
Instituida como fiesta nacional en 1946, y reconocida oficialmente como tal en 1949, la Festa della Liberazione es una jornada dedicada al homenaje de los partisanos, soldados y civiles que dieron su vida por la libertad de Italia.
La fecha también marca el inicio del proceso que desembocaría en el nacimiento de la República Italiana, proclamada tras el referéndum del 2 de junio de 1946.
Celebraciones en todo el país
Las celebraciones suelen incluir ceremonias oficiales encabezadas por el presidente de la República, desfiles en ciudades históricas como Roma, Milán y Nápoles, así como eventos culturales que rememoran la lucha partisana. También se organizan conciertos, representaciones teatrales, proyecciones de cine y manifestaciones cívicas y políticas.
Un emblema de esta fiesta es la canción “Bella Ciao”, el emblemático himno de la resistencia, nacido en el seno del movimiento partisano italiano y popularizado internacionalmente décadas después gracias a su aparición en la serie de Netflix La Casa de Papel. Hoy, su letra sigue siendo un canto universal contra la opresión.
Un legado que no se olvida
Más allá de la conmemoración histórica, el 25 de abril es un recordatorio del valor de resistir a la tiranía y defender los ideales democráticos. Ocho décadas después, la Festa della Liberazione sigue siendo un pilar de la identidad italiana moderna, una jornada para mirar al pasado con gratitud y al futuro con responsabilidad.