Intensidad en el amor: ¿Bueno o malo?


Por: Giovanna Montero

En un mundo donde las redes sociales dictan cómo debemos sentir y expresar nuestras emociones, la intensidad en el amor ha sido estigmatizada.

Se ha normalizado la idea de que ser “intenso” es negativo, pero ¿realmente lo es? La psicóloga Susana Espeleta explica que una persona intensa es aquella que experimenta emociones de manera profunda, ya sea alegría, tristeza, rabia o miedo. Sin embargo, esta intensidad emocional no debería ser motivo de vergüenza, sino una expresión auténtica de lo que sentimos.

¿Por qué se juzga la intensidad emocional?

Hoy en día, decir “te quiero”, “te extraño” o “te amo” parece estar mal visto. La sociedad nos ha llevado a creer que demostrar afecto es sinónimo de ser “demasiado intenso”. Esto ha creado un juego tóxico en el que las personas reprimen sus sentimientos por miedo a ser juzgadas. Pero, ¿realmente es saludible guardar silencio sobre lo que sentimos?

La realidad es que no. Reprimir emociones como el amor, el cariño o el aprecio puede generar frustración y arrepentimiento. Como señala la psicóloga, algunas personas buscan terapia para regular sus emociones intensas, pero esto no significa que deban dejar de sentir. La clave está en encontrar un equilibrio entre expresar lo que sentimos y mantener una salud mental estable.

El lado oscuro de la intensidad

Como en todo, la intensidad emocional tiene su lado negativo. Algunas personas pueden caer en comportamientos poco saludables, como el aislamiento, la manipulación, la dependencia emocional o la sensibilidad extrema. Sin embargo, estos comportamientos no definen a todas las personas intensas. La intensidad, en sí misma, no es mala; lo que importa es cómo la manejamos.

La intensidad como una oportunidad

Ser intenso también tiene sus ventajas. Las personas intensas suelen ser más empáticas, apasionadas y comprometidas con sus relaciones. Pueden crear vínculos profundos y significativos, ya que no temen demostrar lo que sienten. En un mundo donde muchos prefieren ocultar sus emociones, la intensidad puede ser un regalo.

Entonces, ¿ser intenso es malo? Solo si lo llevamos a extremos poco saludables. Sentir y expresar amor no es algo de lo que debamos avergonzarnos. Estar locamente enamorado no es un castigo, sino una oportunidad para conectar con alguien de manera auténtica.

Un llamado a la autenticidad

No dejes que las expectativas sociales te impidan expresar lo que sientes. Si amas a alguien, dilo. Si extrañas a alguien, dilo. No te quedes con las palabras atrapadas por miedo a ser juzgado. Puede que algunas personas se alejen o no entiendan tu intensidad, pero al menos habrás sido fiel a ti mismo.

En el amor, como en la vida, la autenticidad es lo que nos conecta. Así que ve y busca a esa persona que te hace feliz. Demuéstrale lo que sientes, sin miedo y sin reservas. Porque, al final, lo único que importa es haber amado con todo el corazón.


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