En México, los trastornos del sueño y la obesidad están en aumento, y según expertos, ambas problemáticas están vinculadas. Se estima que el 45% de la población adulta en México presenta insomnio, apnea o ronquidos, mientras que el 75.2% de las personas mayores de 20 años tienen sobrepeso u obesidad.
Expertos, como la dra. Esmeralda Bastidas y la dra. Marimar Guerra, señalan que la falta de sueño puede contribuir al aumento de la acumulación de grasa abdominal y colesterol debido a desequilibrios hormonales. La leptina y la ghrelina, hormonas que regulan el hambre, se ven afectadas por la falta de sueño.
Además, la hormona del crecimiento (GH), crucial para quemar grasa y favorecer el buen metabolismo, se produce durante el sueño. La falta de sueño también conduce a daños a nivel cromosómico, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades genéticas o adquiridas, como enfermedades neurodegenerativas.
A su vez, la obesidad también puede generar trastornos del sueño al dificultar la respiración y la oxigenación de las células durante la noche. Ambas condiciones, trastornos del sueño y obesidad, están relacionadas y pueden agravarse mutuamente.
Las soluciones propuestas por expertos incluyen:
- Terapia Hormonal: Uso de hormonas bioidénticas a las humanas para ayudar a restablecer los niveles normales en el organismo.
- Medicina Ortomolecular (NEODRIPS): Combinaciones intravenosas de vitaminas, minerales y antioxidantes para nutrir células, desintoxicar y equilibrar el sistema hormonal y metabólico.
- Regeneración Celular (NEOCELL): Utilización de células madre para favorecer la producción de células nuevas sin información alterada.
- Hidrógeno Molecular: Consumo de hidrógeno molecular para reducir el estrés oxidativo en el organismo, mejorar la calidad del sueño y retrasar el envejecimiento celular.
- Terapia Indigo: Uso de electrodos para tratar desequilibrios energéticos y fisiológicos mediante frecuencias y longitudes de onda.
Las expertas enfatizan que cada paciente es único, y es importante acudir a un profesional de la salud para determinar la solución más adecuada para cada caso. La prevención y el tratamiento integral pueden abordar tanto los trastornos del sueño como la obesidad, contribuyendo a mejorar la salud general de la población.
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