Hamás acepta alto al fuego de 60 días con Israel


Por: Gilberto Solorza

Hamás aceptó este 18 de agosto de 2025 una propuesta de alto el fuego con Israel. La tregua inicial duraría 60 días y prevé la liberación de rehenes en dos fases.

La aceptación llegó sin enmiendas, confirmada a mediadores de Egipto y Catar. Israel aún no responde y mantiene sus condiciones: liberación total de rehenes, desarme de Hamás y control de seguridad en Gaza.

El plan establece liberar primero a 10 rehenes vivos junto con algunos cuerpos. Después se liberarían al resto y se iniciarían negociaciones para un acuerdo más amplio que podría poner fin al conflicto. También incluye un aumento de ayuda humanitaria con apertura de corredores para alimentos, medicinas y combustible.

Si Israel acepta, las hostilidades se detendrían de inmediato. Los ataques israelíes cesarían, salvando vidas civiles y combatientes. Comenzaría un proceso de negociación escalonado que podría llevar al fin de la lucha armada de Hamás. Además, Gaza recibiría alivio humanitario urgente y supervisado internacionalmente.

El acuerdo pondría al primer ministro Benjamin Netanyahu bajo presión interna. Sectores ultranacionalistas se oponen a detener la ofensiva, mientras la sociedad exige la liberación de los rehenes y el fin de la guerra. La comunidad internacional, incluidos Egipto, Qatar y Estados Unidos, respaldaría la tregua, lo que podría favorecer la estabilidad regional y mejorar la imagen diplomática de Israel.

El riesgo de incumplimiento sigue siendo alto. Históricamente, Israel ha violado acuerdos de alto el fuego con Hamás y otros actores, como ocurrió en 2025 con Gaza y en 2024 con Líbano. Tales violaciones provocaron condenas de mediadores internacionales y aumentaron la desconfianza entre las partes.

Mientras tanto, la situación humanitaria en Gaza sigue crítica. Continúan los ataques y se multiplican las denuncias de campaña de hambruna contra Israel. La presión internacional de Reino Unido, Alemania y Francia podría inclinar la balanza, pero la complejidad política interna y los antecedentes históricos hacen que un cumplimiento estricto sea incierto.

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