ENTRESEMANA

MOISÉS SÁNCHEZ LIMON

¡Fue el PAN! Adán es inocente…

Si nos dejan, te llevo de la mano corazón y ahí nos vamos…” José Alfredo Jiménez

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

La orden es firme: hay que salvar al prócer tabasqueño, aunque su zalea de la dignidad quede embarrada en el asfalto de la ignominia. ¿Y?

En esta batalla el factor se llama Partido Acción Nacional, cuyos pecados dejaron de estar debajo de la alfombra; el PRI no es pieza, aunque Alejandro Moreno anda muy gallito, pero es retórica y Layda Sansores ha fracasado en el intento de meterlo a chirona.

Así que, posiblemente, una madrugada el diputado fifí Arturo Ávila Anaya, vocero de la diputación federal de Morena, se despertó con la gran idea de crear una comisión especial para investigar al investigado y manoseado “Cártel Inmobiliario”, que involucra a distinguidos panistas en la transa de construcción de inmuebles en la entonces delegación Benito Juárez.

Total, si priistas y panistas demandan crear una comisión especial que investigue al coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López Hernández, por qué chingaos no responderles con similar elemento que busque la cabeza de Jorge Romero Herrera, dirigente nacional del PAN y exdelegado en Benito Juárez, de la Ciudad de México.

Sabe Arturo Ávila que es puro ruido, que hay hasta sentenciados por el affaire del “Cártel Inmobiliario”, pero es su tarea emprendida con el visto bueno –¿o fue orden? — de la ingeniera presidenta que, cuando jefa de Gobierno de la Ciudad de México, persiguió a los cacomixtles azules responsables de las transas inmobiliarias.

Así que, hace dos días, Arturo salió a blofear en la mañanera de Morena en la Cámara de Diputados. Miente como respira, no hay de otra y lo sabe, pero luego de lisonjear a los colegas de la fuente legislativa, se despachó con la cuchara grande para investirse justiciero,

Sí, una comisión especial que investigue a los prístinos panistas que buscan defenestrar a Adán Augusto. ¡No!, ¡no! Con él no se metan porque no está solo. ¡Ah!, no olvidar que es hermano del Santo Niño Andrés Manuel.

¡Caray! Crear comisiones especiales que nada solucionan, es práctica que floreció en el populista terreno fértil del echeverrismo.

Pero igual sirven para distraer la atención nacional de lo fundamental. Y, ¡vaya!, para cobrar facturas políticas y espantar con el petate del muerto; ni qué decir de quienes se asumen patriotas y justicieros, cuando son marrulleros oportunistas y oficiosos.

En mi pueblo les dicen de fea forma.

Pero en los tiempos que corren y con ese discurso facilón y pegajoso centrado en el “no somos iguales”, personajes como Arturo Ávila Anaya insultan al sentido común y se alzan fundamentalistas y cabalgan con la mentira como religión –Andrés Manuel dixit–.

Y más cuando se asume con la bendición de la ingeniera presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

¡Total!, si la Princesa Caramelo dice que está requetebién crear una comisión legislativa para investigar al llamado “Cártel Inmobiliario”, a los prohombres y mujeres de las ligas mayores del segundo piso de la 4T les cae de perlas, para distraer a la fanaticada del escándalo que tiene en el insomnio a Adán Augusto López Hernández.

Y es que, al coordinador de los senadores de Morena, cada día le salen más evidencias de que, cuando gobernaba a Tabasco, no era ajeno a las andanzas delictivas de Hernán Bermúdez Requena, quien al tiempo que se desempeñaba como su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, era el “comandante H” jefe de “La Barredora”, bastión del Cartel Jalisco Nueva Generación.

¡Recáspita, Andrés Manuel!

Y sí, la orden de salvar al notario Adán Augusto hay que cumplirla hasta la ignominia porque el futuro de la 4 se tambalea merced a esta implosión generada por la reaparición de las tribus que ya se reparten el poder con la mirada puesta en 2030.

Hay quienes refieren que Winston Churchill fue el creador de la frase: “Si no quieres que algo se sepa, crea una comisión de investigación”.

Así que el joven neoliberal Arturo Ávila Anaya, a quien le da lo mismo pagar de su bolsa un millón de pesos para remodelar el salón donde se dictan las mañaneras en el Palacio Legislativo de San Lázaro, no le cuesta nada representar el papel de engañabobos.

Por eso, por eso presume que la ingeniera Claudia Sheinbaum respaldó el punto de acuerdo que presentó la semana pasada para crear la comisión que investigue al denominado “Cártel Inmobiliario”.

Y hasta se tiró al piso:

“También quiero dejar claro que por más que me manden emisarios del Partido Acción Nacional para tratar de amenazarme o de tratar de incidir en que yo no siga adelante con esta comisión o, de lo contrario, continuarán con su guerra sucia contra mía, pues no me voy a echar para atrás, ¡eh!

“Mientras más amenazas yo reciba, mientras más mensajes me quieran mandar con diputadas y con diputados de que no siga adelante con el tema del “Cártel Inmobiliario”, más me motivan para seguir adelante, se los dejo con toda claridad, tope hasta donde tope”, declaró con el pecho henchido de orgullo moreno. ¡Faltaba más!

Y que el colega Paco Rubio le pregunta: “¿por qué no se crea una comisión, también, para este caso (de Adán Augusto López Hernández)?”

El joven legislador no respondió a la pregunta y, falaz, cayó como el pez.

–¿Sobre las amenazas que recibiste? —preguntó Paco.

–Pues no son amenazas, son mensajes de que van a seguir con la guerra, pues, se puede saber, no voy a revelar los nombres (…) –matizó la mentira con la que pretendió aparecer héroe.

¡Ay, Changoleón!

¿Y qué opina la ingeniera presidenta?

“Pues está bien, sí así lo decide el Congreso, que se haga la investigación; tiene esas facultades el Congreso. Y está bien, que se abra la investigación”, refirió y huelga decir que de Adán Augusto nada, porque no hay pruebas. ¡Ajajá!

Entonces, puntualizó como sin querer queriendo, “si ahora el Congreso federal quiere revisar estos casos, hay bastante sustento de lo que fue el “cártel inmobiliario”, en particular, en la alcaldía Benito Juárez”.

Hágase justicia en los bueyes de mi compadre, se escuchó en el Salón de la Tesorería y la fanaticada mercenaria sonrió. ¡Sopas!, Drakko. Digo.

LE PLATICO. MONTSERRAT LLARENA JIMÉNEZ, es hija de mi amigo Manuel Llarena, quien anda como pavorreal.

Y es que Montse, ingeniera industrial egresada de la UNAM, es Gerente de Operaciones Marítimas y Aéreas de Wideline, y ganó la representación de América y México en el concurso internacional de la FIATA (Federación Internacional de Asociaciones de Transitorios), una organización no gubernamental que representa a la industria del transporte de carga y logística a nivel mundial, ubicada en Ginebra, Suiza.

Señoras y señores, ¡échense ese trompo a la uña! La joven Llarena Jiménez lleva la representación no solo de su empresa Wideline, que la impulsó, sino de América, México y de la AMACARGA, es decir, la Federación de Asociaciones Nacionales de Agentes de Carga y Operadores Logísticos Internacionales de América Latina y el Caribe. Wideline, es socia activa de dicha Asociación.

Y, bueno, Montserrat participará en el FIATA World Congress, a celebrarse en octubre próximo en Hanoi. Ahí se develará al triunfador mundial del premio denominado Young Logistics Professionals Award. ¡Éxito, Montse! Conste.

[email protected]   www.entresemana.mx   @sanchezlimon1

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