Por: Gilberto Solorza

El reggaetón, un género musical que ha generado polémica y pasiones por igual, sigue siendo objeto de debate. Para algunos, es sinónimo de diversión y baile; para otros, representa estereotipos negativos y mensajes cuestionables. Pero, más allá de las opiniones personales, ¿puede considerarse el reggaetón como cultura? La ciencia tiene algo que decir al respecto.

El reggaetón como fenómeno social

El reggaetón surgió como una fusión de géneros como el reggae, el dancehall, la electrónica y la salsa, convirtiéndose en una forma de expresión para las comunidades marginadas. Su expansión coincidió con el auge de internet, lo que permitió que su ritmo pegajoso trascendiera fronteras y estratos sociales, llegando a audiencias diversas.

Sin embargo, su contenido explícito, que a menudo aborda temas como la sexualidad, la violencia y la desigualdad de género, ha sido criticado por muchos. Esto plantea la pregunta: ¿puede un género con estas características ser considerado cultura?

La perspectiva antropológica

Desde la antropología, el reggaetón sí es cultura. Según esta disciplina, la cultura es un conjunto de expresiones que reflejan, cuestionan y transforman las realidades sociales de una comunidad. En este sentido, el reggaetón no solo refleja la vida en los barrios urbanos de América Latina, sino que también da voz a quienes cuestionan las estructuras de poder, la violencia y la pobreza.

Además, sería hipócrita criticar al reggaetón por sus letras explícitas cuando otros géneros, como el rock, la salsa o el jazz, también han abordado temas similares. La diferencia radica en el contexto y la forma en que se expresan estos mensajes.

La lingüística y la tradición oral

Desde la lingüística, el reggaetón se enmarca en una larga tradición de oralidad en la música popular caribeña y afroamericana. Según el autor Ángel Rodríguez Rivera, el uso de la repetición, la rima y el doble sentido en las letras del reggaetón no es algo nuevo, sino una continuación de estrategias lingüísticas presentes en otros géneros musicales.

Esto sugiere que el reggaetón no es una excepción, sino parte de una evolución cultural que ha utilizado el lenguaje para conectar con su audiencia y transmitir mensajes de manera efectiva.

El impacto neurológico del reggaetón

Desde la medicina y la neurología, estudios recientes han analizado cómo el reggaetón afecta al cerebro. Su ritmo repetitivo y enérgico activa intensamente las regiones cerebrales asociadas con el placer y el movimiento, lo que explica su popularidad en las pistas de baile y su capacidad para generar emociones fuertes en los oyentes.

Conclusión: El reggaetón como manifestación cultural

En resumen, el reggaetón sí es cultura. Como cualquier otra forma de expresión artística, refleja las realidades, valores y conflictos de quienes lo crean y lo consumen. Sin embargo, esto no lo exime de crítica. Su impacto y evolución dependerán de cómo los artistas y la sociedad decidan apropiarse de él.

La música, en todas sus formas, no es intrínsecamente buena o mala. Es un espejo de la sociedad, y el reggaetón no es la excepción. Lo importante es analizarlo con una mente abierta, reconociendo su valor cultural sin dejar de cuestionar aquellos aspectos que puedan perpetuar estereotipos negativos.