Con una ofensiva imparable de 14 imparables, incluyendo seis extrabases, los Diablos Rojos del México se impusieron categóricamente 12-3 a los Tigres de Quintana Roo en el segundo juego de la serie, igualando así la confrontación y consolidando su dominio en casa.
La escuadra escarlata firmó su 27º juego de la temporada anotando 10 o más carreras, manteniendo marca perfecta de 27-0 en este rubro. Además, con las 12 carreras producidas este sábado, el equipo alcanzó 615 anotaciones en la temporada, quedando a solo 40 de empatar las 655 del año anterior.
La jornada también fue histórica fuera del terreno de juego: con una asistencia de 16,740 aficionados, los Diablos rompieron el récord de asistencia en temporada regular en el Estadio Alfredo Harp Helú, acumulando ahora 517,005 espectadores, superando los 505,726 del récord previo.
El encuentro comenzó con tres entradas sin anotaciones, hasta que los Tigres tomaron la ventaja con tres rayitas en la alta de la cuarta. Sin embargo, los locales respondieron con cuatro carreras en esa misma entrada y se despegaron definitivamente con seis más en la quinta, destacando un sencillo productor de José Marmolejos y cuadrangulares consecutivos de Arístides Aquino y Ramón Flores.
Todos los bateadores de los Diablos conectaron al menos un hit y anotaron una vez. Carlos Sepúlveda fue el más destacado, con tres imparables en cuatro turnos, manteniendo un promedio de bateo de .407, líder en la Liga Mexicana de Beisbol. Aquino cerró con tres producidas y dos anotadas. Ocho de los nueve titulares impulsaron carreras.
En el pitcheo, Kent Emanuel abrió con 4.0 innings de tres carreras, mientras que el relevo —encabezado por José Bravo, quien se apuntó la victoria— colgó cinco ceros consecutivos, permitiendo solo un hit. La defensa contribuyó con tres doble plays, mientras que en bases los capitalinos sumaron dos robos.
El último juego de la serie se disputará este domingo a las 14:00 horas en el “Diamante de Fuego”, con Wilmer Font y Xzavion Curry como abridores probables, marcando la última visita de los Tigres a la Ciudad de México en la temporada regular.
