«Guerra civil» termina con triunfo para los Diablos


Por: Gilberto Solorza

En una nueva edición de la llamada “Guerra Civil” del béisbol mexicano, los Diablos Rojos del México defendieron con garra su infierno al derrotar 9-5 a los Tigres de Quintana Roo en un partido vibrante, de alto voltaje ofensivo y con la intensidad que solo una de las rivalidades más históricas de la Liga Mexicana de Béisbol puede ofrecer.

Desde la primera entrada, los felinos mostraron los dientes: J.J. Matijevic conectó un elevado de sacrificio que permitió a Matt McDermott anotar la carrera de la quiniela (0-1). Pero los capitalinos respondieron con la pólvora encendida. Julián Ornelas pegó un elevado de sacrificio, suficiente para remolcar dos carreras —Carlos Sepúlveda y Robinson Canó— y darle la vuelta al marcador (2-1).

El drama continuó en la segunda entrada. Los Tigres retaron una jugada clave, dudando si se había atrapado la bola o dejado caer, pero el reto fue negado por los umpires. En la baja, Carlos Sepúlveda conectó un doblete, impulsando a Ramón Flores y ampliando la ventaja escarlata (3-1).

En la tercera alta, los Tigres rugieron de nuevo. Matijevic y Cornelius Randolph pegaron dobles consecutivos, empujando carreras para Gaige Howard y el propio Matijevic, empatando la pizarra (3-3).

Sin embargo, los Diablos no tardaron en tomar de nuevo el control. En la cuarta baja, Ramón Flores anotó con elevado de sacrificio de Sepúlveda, y luego Robinson Canó impulsó a Patrick Mazeika con un sencillo que puso el juego 5-3.

El golpe definitivo llegó en la quinta. Ramón Flores pegó su segundo doble del juego, remolcando a Julián Ornelas y Moisés Gutiérrez (7-3), desatando la locura en el Estadio Alfredo Harp Helú.

Aunque los Tigres descontaron con un rodado de Matijevic en la séptima (7-4), los capitalinos respondieron de inmediato con un sencillo productor de Patrick Mazeika (8-4). En la octava, Marc Flores anotó para Tigres tras un elevado de sacrificio de Cristopher Gastelum (8-5), pero Julián Ornelas sentenció el marcador con un sencillo que remolcó a José Marmolejos (9-5).

Con este resultado, los Diablos reafirmaron su dominio en una de las rivalidades más encendidas del béisbol nacional. El público, que llenó las gradas con cánticos, banderas y tambores, fue testigo de otra entrega memorable de la eterna contienda entre escarlatas y bengalíes.

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