Por: Gilberto Solorza
En una tarde encendida en todos los sentidos, los Diablos Rojos del México se impusieron con autoridad 17-6 a los Pericos de Puebla en el Estadio Alfredo Harp Helú.
Aunque el marcador fue ampliamente favorable para los capitalinos, lo que realmente marcó el encuentro fue un tenso encontronazo entre ambos equipos que por momentos hizo temer una pelea campal.
Desde la primera entrada, los escarlatas dominaron a placer: José Rondón impulsó la carrera de la quiniela y, en cuestión de minutos, la ofensiva de los Diablos ya había fabricado cuatro carreras sin respuesta. Para el cierre de la tercera, un cuadrangular de Julián Ornelas aumentaba la ventaja 5-1. Y aunque Pericos intentó responder con un jonrón solitario de Estamy Ureña, la noche seguiría pintando de rojo.
Fue en la octava entrada alta cuando todo se saldría de control: Trevor Clifton, pitcher de los Diablos, golpeó por lanzamiento a Samar Leyva en la mano y, acto seguido, impactó a Christian Adames en el costado. Adames respondió con un potente grand slam que acercó a los poblanos 12-5, pero lo peor estaba por venir.
En su siguiente turno, Clifton lanzó una recta peligrosamente cerca de Estamy Ureña, rozando el límite del respeto deportivo. Ureña no se quedó callado, se volteó hacia el montículo y comenzó a gritarle al pitcher.
Ambas bancas se vaciaron y los dugouts se convirtieron en un campo de batalla verbal. Hubo empujones leves, gritos, señalamientos y una evidente descarga de frustración por parte de los Pericos, quienes sintieron que Clifton había actuado con intencionalidad. Afortunadamente, la situación no escaló a mayores.
En la siguiente entrada, los ánimos volvieron a agitarse cuando el relevista poblano Domingo Jiménez pareció “responder” a los lanzamientos de Clifton con uno muy cerrado hacia Aristides Aquino, lo que obligó al cuerpo técnico de Pericos a retirarlo del juego inmediatamente antes de que las cosas se salieran aún más de control.
En cuanto al aspecto deportivo, los Diablos no dejaron de atacar. Ornelas volvió a volarse la barda en la octava baja, Mejía siguió encendido con el madero y Luis Liberato coronó la ofensiva con un triple que produjo dos carreras más. Con este resultado, los escarlatas sellaron una victoria rotunda por 17-6.
