En San Vicente Xiloxochitla, más del 50% de las familias se dedican a la elaboración de tacos de canasta, llevando consigo la esencia y el arte de esta tradición. Desde sus humildes comienzos en bicicletas con canastas forradas de plástico azul hasta su expansión por toda la república mexicana, los tacos de canasta de San Vicente son un testimonio de la dedicación y la pasión transmitidas a lo largo de los años.

San Vicente, el hogar donde la autenticidad de los tacos de canasta ha perdurado, es un lugar que ha dado vida a una tradición que trasciende las generaciones, asegurando que cada bocado cuente la historia de este icónico platillo mexicano.

Fue a mediados del siglo pasado, entre los años 1940 y 1950 que los primeros taqueros de San Vicente comenzaron a vender este platillo en la ciudad de México en aquel tiempo la bicicleta era la principal forma de transporte de muchos vendedores, como tortilleros, vendedores de semillas, de dulces o de chicharrón, y muchas veces se confundían con los taqueros, así que los taqueros decidieron forrar sus canastas con el ya clásico plástico azul, para poder identificarse, naciendo así la ya clásica estampa del taquero de San Vicente, montado en su bicicleta, con su canasta forrada con plástico azul, y un gran frasco de salsa, que es garantía de unos deliciosos tacos de canasta.

Al día de hoy más de la mitad de las familias de San Vicente se dedican a este negocio que se ha extendido a otras partes de la república mexicana, que evoluciona y se adapta, pero que conserva siempre el sabor, el arte y la dedicación de los habitantes de San Vicente, ya que los tacos de canasta son el resultado de muchas generaciones de taqueros que han contribuido para que podamos disfrutar hoy en día, de los auténticos tacos de Canasta de San Vicente Xiloxochitla.

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