Dr. Rafael Vela Martínez
En días anteriores llamó la atención una columna de un prestigiado comunicador, compañero de la UV, donde señala que “Se achica el Rector de la UV ante el reclamo al Gobierno por recursos que le corresponden”. En gran medida ese título refleja el sentir de los universitarios, pues muchos de nosotros estamos indignados por la actitud sumisa de nuestro Rector ante la posición irresponsable de Gobierno del Estado de Veracruz.
El Rector y todos su asesores cometieron un grave error el 19 de diciembre del 2022, cuando en el Consejo General Universitario (CGU), argumentaron que exigir al Gobierno que pagara el adeudo, era generar un enfrentamiento entre la UV y el Gobierno del Estado; por supuesto nada más alejado de la realidad que esta tesis; peor aún, solicitaron al CGU aprobara negociar la Ley; es decir, el prorrateo del pago del 4% de los Ingresos totales a ejercer por la entidad gubernamental, que debería ser entregado a nuestra Máxima Casa de Estudios; evidentemente todo apuntaba a que era una argucia para dispensar al Gobierno no entregar todo el presupuesto a la UV.
En ese evento la “maquinaria” institucional “apretó las tuercas” y sacaron por mayoría ese acuerdo, cuando incluso los jóvenes estudiantes proponían al Rector salir a marchar para demostrar la inconformidad ante el no pago del Gobierno del Estado lo que por ley le corresponde a la UV. Varios alumnos Consejeros Universitarios me expresaron que fueron objeto de condicionamientos para que votaran en favor de la propuesta del Rector, nada más lamentable que esta situación, donde debería existir la libertad de albedrio y, contrario a lo que hacen los “queda bien”, debería de fomentarse la capacidad de análisis, de crítica y argumentación entre nuestros jóvenes estudiantes.
Lo cierto es que las tibiezas de la autoridad superior de la UV han ocasionado una actitud balandronada de parte de Gobierno, al grado de desconocer la deuda con nuestra universidad y señalar que para el 2024 no va a entregar el recurso financiero de lo que por Ley corresponde a la UV. Peor aún, como nuestra máxima autoridad de la universidad no demanda se pague lo que se debe a la institución, pareciera que eso ya quedó en el olvido; es decir, “borrón y cuenta nueva”, y adiós los más de 2 mil millones que Gobierno del Estado debe a la UV, y que con ello se pudo haber impulsado una política editorial para publicar y difundir toda la generación de conocimiento que se genera en los diferentes institutos de investigación y facultades de nuestra casa de estudios; o al menos compensar las becas que el CONAHCYT retiró a nuestros estudiantes de posgrado.
Incluso, a pesar de que reiteradamente la comunidad universitaria le demanda a Rectoría precise el monto de la deuda, simplemente no se ha informado. Por información de medios de comunicación y no por vía oficial, recién se dio a conocer, según en voz del Rector, que el Gobierno del Estado solo entregó el 68% del presupuesto que en el 2023 correspondía a la UV; es decir, de 8 mil 569 millones 392 mil que le correspondían a nuestra institución, solo se le asignaron 5 mil 844 millones y se ofreció un ingreso adicional de 250 millones de pesos, lo que permite concluir que el Gobierno adeuda a la UV más de 2 mil 725 millones de pesos, más la deuda acumulada de los últimos 3 años, lo cual podría representar una deuda de más de 3 mil millones de pesos.
La verdad es que, debido a esta actitud poco consecuente e irresponsable de la Rectoría, se han generado muchas especulaciones entre los universitarios; expresiones que van desde argumentar que es el pago a la 4T por haberlo nombrado Rector, y que es el tributo del 30% que se les exige a los Secretarios de despacho caigan en subejercicio para regresarlo a la federación y con ello financiar los programas de asistencia social, hoy convertidos en estrategia políticos electoral, hasta, señalar que el problema es de liderazgo.
Yo sinceramente creo en la buena fe de Rectoría, incluso en más de un CGU he convocado a “cerrar filas” con nuestro líder institucional; es decir, el Dr. Martín Aguilar; sin embargo, también creo hay un problema de percepción de quien ostenta el poder y graves errores de asesoría de su entorno inmediato, como es común suceda en quienes nunca han tenido importantes responsabilidades y de repente los nombran al frente de una institución como en la UV. Carlos Matus lo señaló hace más de 4 décadas, es por cierto el padre teórico de la planeación política.
Ante esta encrucijada que enfrenta Rectoría recomendaría leer el libro de Sun Tzu conocido como “El Arte de la Guerra”; pues como bien se sabe, es uno de los textos clásicos que debe leer quien ostenta el poder, ya que es considerado el mejor libro de estrategia de todos los tiempos; de hecho ha inspirado a figuras históricas como Napoleón, Maquiavelo y Mao Tse Tung, y a pesar de ser un libro de dos mil quinientos años de antigüedad, ninguna de sus máximas ha quedado anticuada, ni hay un solo consejo que hoy no sea útil; de igual forma, ya de manera complementaria recomendaría leer con mucho detalle el libro de Planificación de Situaciones de Carlos Matus, quien fuera jefe de asesores del primer presidente de izquierda en nuestro continente: me refiero a la República de Chile, con Salvador Allende.
Pero también demandaría a los integrantes de la Junta de Gobierno se sumen a esta lucha institucional en defensa del presupuesto de nuestra Máxima Casa de Estudios. Al momento, en más de un año la Junta de Gobierno de la UV no se ve, y, por el contrario, es objeto de graves señalamientos que considero se deben trasparentar.