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Eduardo Meraz

El fraude del fraude

Eduardo Meraz

Con el poder federal, 23 gubernaturas y mayorías simples en casi todos los congresos en sus manos, el cuatroteísmo está aterrado por un posible fraude electoral opositor. A otro hueso con ese perro.

En las elecciones de 2021 y la consulta revocatoria de mandato un año después, se evidenció como Morena y aliados -incluido el sector crimen organizado- compraron, amenazaron, amagaron y violentaron a candidatos, familiares de estos, líderes sociales y votantes.

Y ni así les alcanzó para hacerse de una Constitución a modo y eliminar la división de poderes. Al contrario, perdieron posiciones en la Cámara de Diputados y la aceptación entre los ciudadanos, cuyo desengaño se ha ido acrecentando.

Por eso, hoy, el oficialismo recurre al viejo expediente del fraude, no sólo para desalentar la participación de los votantes, sino como argucia legaloide para desconocer los triunfos de la oposición.

Método poco creíble si se tiene en cuenta que estas prácticas son inherentes al partido gobernante y que, en el caso de Morena, nos estaría anticipando su disposición a utilizar este recurso y, como es su costumbre, culpar a los otros de ello.

El presidente totalmente Palacio Nacional sabe perfectamente que el aumento en los montos de sus programas sociales no le alcanza para subsanar las fallas y mediocridad de su gestión, pues los principales indicadores económicos están por debajo de los obtenidos en la época neoliberal.

También está consciente de que por más adelantada la campaña de su bastonera y todos los recursos públicos gastados, Claudia Sheinbaum ni siquiera está cerca de alcanzar el número de votos logrados en 2018.

Si fueran ciertas las cifras de encuestadoras de las ventajas de los candidatos morenistas sobre los demás contendientes, de más de dos dígitos y de hasta 30 puntos de la candidata presidencial morenista, harían innecesaria la acción concertada e ilegal del aparato gubernamental.

Veamos: si todo el multimillonario dinero público destinado a la propaganda oficial, en la promoción de la chica de la cola de caballo, hace dudar al cuatroteísmo del triunfo en las elecciones del 2 de junio, es porque saben que han gobernado mal.

En ese contexto de descontento social mayúsculo, resulta inimaginable que la oposición requiriera y tuviera los recursos y herramientas distintos para contar con el respaldo de los votantes.

¿Ustedes se imaginan el tamaño y magnitud del fraude sin que, además, las autoridades electorales se dieran cuenta de ello? Es de locos.

El verdadero fraude no es el que pudiera cometer la oposición, sino en la postura cuatroteísta de desconocer los resultados y pedir la nulidad de la elección -el golpe de Estado técnico-, para quedarse en el poder.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

¿Cuántos muertos más allá de los 90 diarios en promedio durante este sexenio, se necesitan para que el mandatario palaciego no diga que se magnifican?

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@Edumermo

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