Contingencia política
Eduardo Meraz
El fin del sexenio cuatroteísta no es como imaginaba ni como pensaba el mandatario palaciego. Entre hashtags, la difusión de sospechas de dinero ilícito en sus campañas presidenciales y de actos de corrupción, amiguismo y nepotismo lo tienen viviendo con los sentidos alterados.
Son tantas las pifias cometidas en los días recientes durante su teatro en atril mañanero, que ya necesita inventar otra “ocurrencia del bienestar”, para ver si de esa manera logra frenar el parsimonioso pero constante debilitamiento de su poder.
El ondear del pañuelo blanco ya es un acto pasado de moda, historia percudida y con aroma a naftalina; lo mismo sucede con sus risotadas sobre las masacres que hoy se asoman con mayor frecuencia y ya sin el ánimo de acusar a los delincuentes con sus papás o abuelos.
Los timbres de orgullo se han convertido en muecas adoloridas, ante la ingratitud de la realidad. El espejo donde se contemplaba como un gran prócer, aclamado por la gente, ahora refleja a un personaje de triste figura, el solitario de Palacio Nacional y de los cuarteles.
El paradisiaco mundo alterno, ya no lo es más, lo cual conduce al habitante temporal del palacete virreinal a cometer errores al por mayor. El miércoles, al confesar su intervención en las decisiones del poder judicial, este jueves, al dar a conocer el número telefónico de la reportera Natalie Kitroeff de The New York Times.
Declaraciones y expresiones de principiante para un gallo tan jugado, con lo cual, en vez de resaltar su credibilidad, semejan más actos desesperados de quien está cierto que manchas y tiznadas pueden cobrar cuerpo en semanas y meses por venir, por más aclaraciones de las autoridades de Estados Unidos.
Ambos resbalones, son muestra clara de que el presidente palaciego no pisa terreno firme, ha perdido visión y “timing”, con lo cual muestra su verdadera faceta autoritaria, pero ahora lo hace con prótesis verbales, con escasos resultados.
No sólo por cuestiones de tipo climático, sino por la canícula que se avizora más aguda en cuanto inicien formalmente las campañas, y las contingencias políticas afecten mayormente al cuatroteísmo y la sequía en sus argumentos defensivos se haga evidente ante la difusión de videos, declaraciones y, probablemente, la aparición de parte de las pruebas demandas por el mandatario.
Los señalamientos de medios de comunicación extranjeros hacia el gobierno transformador, si bien no involucran directamente al ejecutivo mexicano, si hacen referencia a algunos de sus colaboradores y familiares.
Sin embargo, en México, se han hecho públicos videos, audios y documentos en donde gente cercana al presidente palaciego, donde se evidencian actos de corrupción y “aportaciones” al movimiento, al partido Morena.
Parece improbable que el mandatario totalmente Palacio Nacional desconociera de estos negocios y tratos, por lo cual difícilmente escapara a la contingencia política que se avecina de aquí al fin de su mandato.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
El ahora candidato a diputado plurinominal y vocero de Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, sigue en su papel indolente sobre la investigación en torno a la filtración de datos personales de periodistas, al no dar avances de la indagatoria, con el consecuente riesgo para los reporteros que cubren la mañanera.
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