PULSO

Eduardo Meraz

Rescate verde olivo

Eduardo Meraz

Ante la imposibilidad del “holding verde olivo” por ser rentable, evitar la quiebra de sus distintas empresas y mantener la fidelidad -no lealtad- de las fuerzas armadas al cuatroteísmo, el ya casi no presidente totalmente Palacio Nacional, ha decidido entregar más recursos fiscales a la Secretaría de la Defensa Nacional.

En una especie de título de película: “Rescatando al Ejército mexicano”, el mandatario con fecha de caducidad en breve plazo tuvo a bien entregarle más dinero de las arcas públicas, tal y como lo hace con Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, debido a su incapacidad para ser al menos solventes.

Así, el presidente sin nombre y sin palabra envió una iniciativa de reforma a la Ley Federal de Derechos y que las cuotas a turistas extranjeros vayan al fideicomiso de la Sedena, el cual también deberá ser modificado para ajustarlo a lo establecido en el mencionado ordenamiento.

La iniciativa del saliente habitante temporal del palacete virreinal indica que armonizar el contenido es con el propósito de que dichas contribuciones se canalicen al fideicomiso que constituya la empresa de participación estatal mayoritaria Tren Maya, S.A. de C.V.

Esta determinación se suma a muchas otras para tratar de ocultar el fracaso innegable de las ocurrencias presidenciales. Según los sueños guajiros de quien asegura que gobernar no es difícil, las utilidades de las empresas milicianas servirían para garantizar las pensiones de los soldados o para la reconstrucción del puerto de Acapulco.

Por lo visto, ni una ni otra. La iniciativa prevé que el nuevo derrotero de estos impuestos “se destinarán a las empresas de participación estatal mayoritaria sectorizadas a la Sedena, para sus diversas actividades y necesidades”.

De aprobarse por la Cámara de Diputados la iniciativa de reforma a la ley mencionada, serán los turistas extranjeros los paganos de los derechos -impuestos- que aminoren las pérdidas verde olivo, no obstante los sobre ejercicios presupuestales que les ha otorgado la actual administración cuatroteísta.

Si se parte de la base de los multimillonarios recursos despilfarrados por las fuerzas armadas, ya sea como constructores, hoteleros o administradores de negocios -aduanas, puertos, línea aérea y aeropuertos, entre otros-, no podemos ser optimistas sobre el manejo eficiente y transparente del fideicomiso de marras.

Sobre todo, si consideramos la justificación oficial de esta brillante ideotota. Se asegura que esta medida busca “velar por la estabilidad de las finanzas públicas, regular y fomentar las actividades económicas, impulsar el desarrollo sostenible y, por ende, construir un país con bienestar para la satisfacción de las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras”.

De esta forma, turistas foráneos y los mexicanos estaremos condenados, por uno más de los caprichos postreros del presidente palaciego, a cargar con el “rescate eterno” de Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad y, ahora, del corporativo Tren Maya.

¿Y la seguridad? Bien, gracias. Depende de la buena voluntad de los grupos delincuenciales y no tanto de la incorporación de la Guardia Nacional a la Sedena.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

Y entre los “regalos” finales al mandatario palaciego saliente, quien considera como pecado capital el nepotismo, su hijo Andy ocupará un cargo directivo en Morena; su prima Manuela, será titular del Bienestar en Chiapas; y el hijo de la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, ya trabaja para la ministra Yasmín Esquivel, sin reunir los requisitos vigentes. Congruencia pura.

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@Edumermo

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