Andy y la monarquía de los López
Eduardo Meraz
Los nombramientos tempranos de los futuros secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, Ricardo Trevilla Trejo y Raymundo Pedro Morales, y la muy segura llegada de Andrés López Beltrán a un cargo en Morena, son expresiones de unidad forzada en el cuatroteísmo.
Desde ya se observan las pugnas al interior del partido guinda, donde las tribu-laciones por la partida del guía espiritual se traducen y traducirán en pugnas por el control morenista.
De igual manera, las anticipadas designaciones en las fuerzas armadas y la expectativa de la llegada a Morena del hijo del presidente totalmente palaciego es el intento por evitar desequilibrios mayores entre los mandatarios entrante y saliente.
También puede interpretarse como parte de los esfuerzos postreros del ejecutivo sin nombre y sin palabra en su desesperada búsqueda de la aprobación de la reforma al poder judicial en el Senado de la República, donde está por verse si alcanza la mayoría calificada.
Aunque no se comenta abiertamente, es evidente la existencia de grupos de poder en el cuatroteísmo que se niegan a entregar al Cártel de los López los destinos del país.
La oposición a la visión monárquica -el control del reino por parte de una sola familia-, cancelaría cualquier posibilidad de movilidad política en Morena.
La primera manifestación de este desacuerdo se presentó durante la etapa de precampañas de las “corcholatas”, durante las cuales se hicieron públicas denuncias contra la hoy presidenta electa, Claudia Sheinbaum, por el uso y abuso de recursos públicos en su favor.
Aun cuando parece aventurado anticipar vísperas, es evidente que la incorporación de Andy a la nueva dirigencia de Morena, tiene el propósito de minar las resistencias internas al proyecto familiar de perpetuarse en el poder.
Está por verse si las dificultades económicas que con toda seguridad enfrentará el nuevo gobierno, brindan oportunidades reales a quienes se oponen a la instauración de una monarquía lopesiana.
Hasta el momento, la conformación del gabinete de Sheinbaum Pardo indicaría que el supuesto bastón de mando que se le otorgó a la próxima mandataria es compartido y con poco margen de maniobra autónomo.
Condición que no desagrada del todo a la presidenta electa, de acuerdo a lo observado en años recientes. Los lazos genéticos si bien son sólidos, también pueden romperse.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
La propuesta de reforma que discute actualmente el Senado no responde a una revisión integral del sistema judicial, ni garantiza una mejor impartición de justicia. Por esa razón lanzamos la pregunta: ¿Por qué la prisa?”, señaló la Arquidiócesis de México, en su editorial del semanario “Desde la fe».
@Edumermo