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Eduardo Meraz

Retórica y sistema decimal

Eduardo Meraz

En días recientes, las clases política y académica debaten sobre las ventajas y desventajas de la sobrerrepresentación. La gente de a pie sobre la carestía de la vida; lo demás, la tiene sin cuidado.

Los argumentos en favor de la mayoría calificada para el oficialismo consiste básicamente en usar la misma retórica de sus antecesores -los no iguales. Enfrente, se utilizan las mismas explicaciones de quienes antes lo hicieron como oposición.

Los mexicanos hemos vivido y padecido lo mismo una presidencia con mayoría en el Congreso y, en otras ocasiones, un ejecutivo acotado por el legislativo. En ambos casos, los frutos han sido más bien pobres.

Hasta el momento estas dos circunstancias, se han traducido en una especie de “dictablanda” con gobernabilidad y variantes democráticas. Es decir, desde la conclusión de la Revolución Mexicana a la fecha, hemos visto varias modalidades de un mismo régimen.

Sin embargo, a partir del presente siglo, han aparecido y cobrado relevancia tres factores con potencial para modificar el pacto social: bajo crecimiento económico, militarización y crimen organizado.

Tridente al cual, hoy, las distintas fuerzas políticas no saben cómo controlar. Y menos, si su único interés radica en obtener mayor poder al obtenido en las urnas.

Los 36 millones de votos en favor de Claudia Sheinbaum, porcentualmente son un poco más a los alcanzados por el saliente presidente palaciego, si se toma en consideración el total de votantes potenciales existentes en 2018 y 2024 -93 y 98 millones.

En el caso de la oposición, ocurre algo similar, en términos porcentuales, por lo cual de acuerdo al sistema mixto para integrar al legislativo federal, no debería presentarse una variación significativa respecto de su conformación en 2018.

Como ya hemos señalado con anterioridad, la Carta Magna y la legislación electoral hablan de un “tope máximo” de sobrerrepresentación. Esto deja al INE la responsabilidad de ajustar a la baja tal porcentaje para acercarse a lo manifestado por los votantes el 2 de junio y evitar una disparidad mayor.

Más allá de discursos partidistas de uno y otro bando, las experiencias previas revelan que ni un ejecutivo ni un legislativo predominantes, juntos o por separado, han resuelto las desigualdades ni mejorado sustancialmente las condiciones de vida de los mexicanos.

Todo indica que las autoridades electorales mantendrán su posición de rechazar el cuento de que la ley es la ley. Harán suyos la retórica y el sistema decimal, aunque en ello les vaya la vida como órgano autónomo.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

De Badiraguato a La Chingada, el derrotero seguido por el presidente totalmente Palacio Nacional; del ascenso al poder al autoexilio, porque de que se va, se va.

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@Edumermo

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