No empujen
Eduardo Meraz
Faltan algunas semanas para ver si el presidente totalmente Palacio Nacional es cacique o no; y si la futura mandataria Claudia Sheinbaum, es o no pelele. En tanto, por todos lados del cuatroteísmo proliferan voces de “no empujen”, por aquello de la disputa de cargos y encargos.
Para demostrar la inexistencia del “Manuelato”, el mandatario palaciego vuelve a hablar de “mi presidenta” al referirse a quien habrá de sucederlo en la silla y además le fija la agenda: seguirán de gira al alimón por el norte del país el próximo fin de semana y ya le endilgó una reunión conjunta con los padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
El saliente habitante del palacete virreinal no quiere soltar la rienda de la primera magistratura y, por lo visto, tampoco tiene mucha confianza en su sucesora, pues quiere copar y cooptar el máximo tiempo posible de sus actividades. No vaya a ser que ella o sus futuros colaboradores vayan a decir algo diferente a lo estipulado en Palacio.
Por ejemplo, la semana pasada el titular de Hacienda repetidor, Rogelio Ramírez de la O, fue a dar la buena nueva a inversionistas en Londres de una reforma al poder judicial “moderada”, pero el aspirante al “Manuelato” no quiere esos cambios “descafeinados”.
Por otro lado, el todavía senador y próximo pastor de los diputados de Morena, el inefable Ricardo Monreal, calculó que la elección de jueces, magistrados y ministros costará 3,500 millones de pesos, la mitad de lo estimado por Sheinbaum Pardo y rechazado por el INE, quien ni siquiera ha iniciado estimación alguna.
La virtual presidenta de México había estimado que realizar la elección de ministros costaría 7 mil millones de pesos. Este monto fue porque “en otras ocasiones se habían planteado estos montos, pero vamos a dejar que el INE especifique cuánto costaría esta elección, porque es una elección”, añadió.
Tras la aclaración, aprovechó el envión -o empujón- para señalar, en consonancia con el hablante del teatro en atril mañanero, que no está actuando correctamente la Suprema Corte de Justicia de la Nación, está invadiendo facultades de otros poderes “y no está vigilando la construcción de la paz y la seguridad”, finalizó.
Cabe recordar que para “empujar” el modelo neoliberal impulsado por Carlos Salinas, su sucesor, Ernesto Zedillo, llevó a cabo la reforma del poder judicial. Casi tres décadas después, para consolidar la cuarta transformación, el aún ejecutivo “empuja” otra reforma a dicho poder, aunque pueda empellar a su sucesora.
Total, en medio de estas expresiones diferenciadas entre la “mareada guinda”, a causa de la continua embriaguez por el triunfo, desde del 2 de junio, todo hace prever la continuación de los empujones para colarse al gabinete legal o al ampliado, entre quienes cuentan con las simpatías del saliente y los cercanos a la entrante.
Sin duda, no serán pocos los “chingados” durante este proceso selectivo, pues serán escasos los invitados VIP a la mesa de la señora y habrán de conformarse con puestos menos relevantes, como acertadamente describió el aún diputado y próximo senador a pie, Gerardo Fernández Noroña.
Mientras se llega a la fecha de cambio presidencial, los empellones y empujones continuarán entre los equipos del saliente y la entrante, sobre todo porque no puede posponerse indefinidamente el inicio de la mudanza y la redacción del “libro blanco” de entrega-recepción.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Después de haber utilizado para sus objetivos políticos el caso Ayotzinapa, el mandatario palaciego está a punto de pasar de la “verdad histórica” a la “verdad histérica”. Ya exculpó al ejército y, por tanto, “no fue el Estado”.
@Edumermo