Malos diplomáticos
Por Mario Díaz
- El presidente López Obrador opinó sobre asuntos internos electorales de Ecuador
- El mandatario Noboa exhibió su “mecha corta” y ordenó el asalto a la embajada
- Asilo mexicano a ex vicepresidente ecuatoriano detonó el rompimiento
H. Matamoros, Tamaulipas.- Al margen de lo que determine la Corte Internacional de Justicia (CIJ) luego de la irrupción violenta de la policía ecuatoriana a la embajada mexicana en ese país, lo cierto es que en el conflicto diplomático entre México y Ecuador tienen responsabilidad sus respectivos mandatarios, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y DANIEL NOBOA.
Aunque eso sí, sin dejar de reconocer que LÓPEZ OBRADOR se excedió a la hora de calificar el pasado proceso electoral ecuatoriano pasando por alto la diplomacia, la violación al derecho internacional por parte del gobierno de NOBOA es un asunto muy delicado que ha colocado al país andino en una posición endeble con muchos de los países latinoamericanos y de la Unión Europea.
El presidente de México le “quitó la espoleta a la granada” al opinar en conferencia mañanera que, durante elecciones en Ecuador, la candidata de las fuerzas progresistas, LUISA GONZÁLEZ, mantenía una ventaja de aproximadamente 10 puntos porcentuales sobre sus competidores, pero que el inesperado asesinato del también candidato FERNANDO VILLAVICENCIO, provocó un cambio en el panorama electoral que le dio el triunfo al actual mandatario.
La primera reacción del gobierno ecuatoriano fue declarar persona non grata a la embajadora de México, RAQUEL SERUR SMEKE, lo que simple y llanamente significa el rechazo al país que representa en clara respuesta a lo que consideró como una injerencia del gobierno mexicano en asuntos internos.
Cabe señalar que en 2019 el gobierno de Bolivia declaró persona non grata a la embajadora mexicana MARÍA TERESA MERCADO y, en 2022, PABLO MONROY CONESA, recibió el mismo tratamiento por parte del gobierno de Perú, derivado de distintas situaciones y circunstancias en la relación de ambos países con el gobierno de la 4T.
Hasta antes de Ecuador, México ha roto relaciones diplomáticas con la entonces Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) en 1930; con España, en 1975; y con Nicaragua, en 1979.
La segunda reacción, con algunas horas de diferencia, el presidente DANIEL NOBOA ordenó a la policía nacional que irrumpiera en la embajada de México para cumplimentar la orden de aprehensión en contra del ex presidente JORGE GLAS, acusado de peculado, quien había obtenido el asilo político con el aval del mandatario azteca.
La respuesta del gobierno de la Cuarta Transformación no se hizo esperar y la canciller mexicana, ALICIA BÁRCENA, anunció el “inmediato rompimiento” de las relaciones diplomáticas con Ecuador “ante la flagrante violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador”.
Obviamente, al margen de colores partidistas e ideologías, e independientemente del cristal con que se observe, la toma por asalto de la embajada mexicana en Quito por parte de la policía ecuatoriana se traduce en una violación flagrante al derecho internacional y de la soberanía de México.
Sin embargo, el gobierno de Ecuador se justifica afirmando que se trató de un acto de defensa de su soberanía nacional y cero impunidad, y que “se abusó (por parte de la embajada mexicana) de la inmunidad y privilegios concedidos a la misión diplomática que albergaba a Jorge Glas, y conceder un asilo diplomático contrario al marco jurídico convencional, por lo que se procedió a su captura”.
Evidentemente, el conflicto internacional entre ambos países latinoamericanos se originó en una ausencia de oficio político en la diplomacia internacional del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y en la “mecha corta” de DANIEL NOBOA, el presidente ecuatoriano, quien, al igual que su homólogo mexicano, el derecho internacional y las relaciones diplomáticas no son su fuerte.
Por cierto, el presidente ecuatoriano “olvida” que el gobierno de Inglaterra respetó el derecho internacional cuando en la embajada ecuatoriana en ese país nórdico otorgó asilo político a JULIÁN ASSANGE, acusado por abuso sexual por las autoridades suecas y de espionaje por parte del gobierno norteamericano. El arresto de ASANGE ocurrió luego de que Ecuador autorizó el ingreso de la policía inglesa a la sede diplomática del país andino.
De acuerdo a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas que data desde el 18 de abril de 1961, el artículo 22 establece que las sedes diplomáticas son inviolables y que los agentes de las fuerzas del orden de donde se encuentren no pueden ingresar a ellas sin consentimiento.
Tocará a la Corte Internacional de Justicia investigar, analizar y determinar el grado de responsabilidad y eventuales sanciones internacionales al gobierno de Ecuador.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Estudiosos del derecho internacional consideran que, además de los trastornos comerciales, económicos, culturales, etc., etc., que provocan rompimientos diplomáticos como en el caso de México y Ecuador, tal situación internacional favorece a los cárteles de la droga por aquello de los tratados de extradición.
¿Cómo la ve?
Y hasta la próxima.
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