Dr. Rafael Vela Martínez
Hoy en día, está por demás discutir algo tan evidente como la importancia que tiene la inversión que realizan los Gobiernos, a través de sus universidades, en Investigación y Desarrollo (I-D), pues está claro que es la base para generar conocimiento que incrementa la calidad de vida de toda la población: sea en la remediación de enfermedades, el impulso de la economía, cuestiones ambientales y, en general, lo que tiene que ver con todo lo que propicia bienestar para el ser humano.
Según datos del Instituto de Estadística de la UNESCO, en el año 2021, Alemania destinó aproximadamente 3.14% de su PIB a la I-D; Estados Unidos alrededor del 3.46% de su PIB; Japón invirtió casi el 3.30% de su PIB; China dedicó cerca del 2.43%; y, México, asignó alrededor del 0.30% de su PIB; lo que en todo caso, sin considerar que el PIB de nuestro país es muy inferior al de los países en mención y, en consecuencia, el porcentaje del PIB mexicano es de una cantidad sumamente inferior; en consecuencia, el presupuesto que resulta, es un catalizador de la alta mediocridad de sus gobernantes.
Y porqué son relevantes estas cifras y, a cuenta de que se traen a colación en nuestro análisis, pues simplemente porque en fechas recientes el Rector Martín Aguilar Sánchez, tratando de “cubrir el sol con un dedo” por el extremadamente limitado presupuesto que en la Universidad Veracruzana (UV) canaliza a la I-D, le entregó un reconocimiento al Gobernador Cuitláhuac García como presunto inventor; y con ello trató de “cubrir las espaldas” al Gobierno Estatal, que le regatea el presupuesto del 4% del gasto total que habrá de ejercer por año y que serviría para justamente incrementar la I-D, para lograr inventos para beneficio de los veracruzanos.
Esta acción del Rector Martín Aguilar, nos ha hecho el “hazmereír” ante la comunidad científica a nivel nacional; incluso, es recurrente que quienes participamos en los chats de investigadores del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en el país, seamos objeto de burlas y bromas por lo que hizo el Rector Aguilar, en su incondicionalidad ante la 4T.
Es de precisar que, incluso, en la UV cada año se generan muchos descubrimientos y aportes a la ciencia, que no son reconocidos por las autoridades y, justamente por ello, es lo que ha ocasionado la indignación de los académicos de nuestra Máxima Casa de Estudios; pero, para entender esta razón, las autoridades tendrían que concebir al menos 3 cuestiones fundamentales, para realmente reconocer a los verdaderos científicos de la UV:
Primero. Existen muchos tipos de inventos que, según su clasificación a nivel mundial se podrían mencionar de la siguiente manera: Inventos revolucionarios, que son aquellos que causan un cambio significativo en la sociedad y la forma en que las personas viven, trabajan o interactúan, como son la electricidad, el teléfono, la computadora personal. Inventos evolutivos, que representan mejoras graduales o refinamientos en tecnologías existentes, como perfeccionamientos en los teléfonos móviles, actualizaciones en los procesadores de computadoras, entre otros. Inventos tecnológicos: que son los relacionados con avances en la tecnología y la ingeniería, tal es el caso de los automóviles, aviones, internet. Inventos médicos: los vinculados con la salud y la medicina, tal es el caso de los antibióticos, vacunas, equipos médicos avanzados; y se podría seguir ahondando en su taxonomía según su origen, participantes, periodo de tiempo, ámbito de aplicación, etc.; pero en todo caso las interrogantes que surgen pueden ser las siguientes: ¿Estos inventos son científicos? o ¿cuándo se considera a un invento científico? Pues regularmente la respuesta es tautológica, pero en todo caso tiene que ver con la aplicación del método científico y la generación de resultados innovadores.
Segundo. La respuesta a las interrogantes anteriores nos lleva a esta reflexión: en la UV, como en otras universidades públicas del país, constantemente se están generando inventos, solo que, a diferencia de otras Instituciones de Educación Superior (IES), para la actual administración de la UV, no existe el mínimo interés por conocer y motivar estos trabajos de los académicos y orientarlos hacia la generación de conocimientos que potencie el desarrollo de la entidad: incremento de la calidad de vida, descubrimientos humanistas que nos hagan ser mejores como sociedad y como individuos; vincular a la sociedad con las artes, la preservación del medio ambiente, el desarrollo de los sistemas económicos, los entornos educativos, entre muchos más; por el contrario, el Rector Martín Aguilar Sánchez el año pasado se deslindó de declaraciones de investigadores que reportaron afectaciones al sistema arrecifal que sería afectado por un proyecto para llevar gas de Texas a la refinería Olmeca-Dos Bocas, en Tabasco, sustentado en sus trabajos de investigación.
Por la tanto, si realmente el propósito era reconocer el quehacer científico de los académicos de la UV, se tendría que conocer a la universidad, visitar cada uno de los Institutos de Investigación y seguro a partir de ello se daría cuenta que hay mucha generación de conocimiento en todas las áreas que son más reconocidos en el exterior que en la misma UV, debido a la falta de una política editorial para que se publiquen estos trabajos; la ausencia de un proyecto académico de Rectoría, más allá de las presuntas Aulas Hibridas (ja ja ja como dicen los jóvenes universitarios: se ve que el Rector no imparte clases, no sabe que alguien lo timó) y una estructura de servidumbre en la mayoría de las direcciones de nuestras facultades, centros e institutos de investigación.
En contraparte, en instituciones de investigación como el Colegio de la Frontera Norte (COLEF) se premia todo descubrimiento que logren sus investigadores; incluso, las autoridades, lejos de perseguir, espiar y acosar a sus investigadores, como sucede actualmente en la UV, se promocionan ante la iniciativa privada y el extranjero la utilización, aplicación de inventos y descubrimientos, como una forma de mejorar sus ingresos, siendo que en varias IES se les entrega el 70% de las ganancias a los verdaderos inventores, y la institución se queda con el 30%, para fomentar la incursión de sus estudiantes en el quehacer científico: nada parecido con la UV, donde sacrifica a los jóvenes universitarios haciéndolos perder el tiempo, pues les condiciona (dado que no hay recursos suficientes) a cursar durante 6 y 7 años una licenciatura, por la incompetencia de sus funcionarios de alto nivel, que lejos de proponer un nuevo diseño en las carreras universitarias, están pensando más en ser los próximos rectores o rectoras, que en eliminar o plantear alternativas al presunto Nuevo Modelo Educativo.
Tercero. ¿Y dónde está la Junta de Gobierno (JdG) de la UV?. En medios de comunicación y en comentarios de pasillos de la misma UV, se sabe que los integrantes que eligieron como Rector al Dr. Martín Aguilar Sánchez, no defendieron la autonomía de la institución, como era su responsabilidad; sino por el contrario, se presume que se dejaron intimidar para promover a un candidato a Rector que responde a los intereses del partido político en el poder; por ello, ojalá y los nuevos integrantes sean verdaderamente autónomos, independientes y realmente NOTABLES, como lo exige su investidura y, no como al parecer fueron la mayoría de los anteriores, salvo honrosas excepciones, quienes se dejaron doblegar por instancias de Gobierno Federal y Estatal, para elegir a un Rector a “a modo”, lo cual los ubican como simples “Siervos de la Nación”, en la acepción de lo que define el partido político en el poder.
Por ello es que, en voz de muchos académicos que me hacen llegar sus comentarios, reflexiones y puntos de vista, propongo que los próximos integrantes de la JdG de la UV sean electos, desde la integración de las ternas, por el Consejo Universitario General (CUG), luego de que los Consejeros realicen una consulta a las bases universitarias; de esta manera, los nuevos integrantes de la JdG no serán objetos de chantajes, y podrán ejercer con mayor autonomía sus responsabilidades, todo en bien de nuestra Máxima Casa de Estudios, por el bien de Veracruz y sus veracruzanos y no, como al momento, en beneficio de un partido y un gobernante en el poder.