Dr. Rafael Vela Martínez
En la década de los 70s se libró una intensa discusión para saber si el término correcto era planeación o planificación. En aquel momento se argumentaba que planeación tenía que ver con los que realizaban el plan y planificación con quienes lo implementaban. Finalmente se llegó a la conclusión que en el ámbito gubernamental, planeación y planificación implicaban un mismo concepto, ya que quien elaboraba el plan era quien tenía que llevarlo a cabo, pues nada más absurdo que contratar a alguien que hiciera el plan y le dijera, a quienes habían sido electos por el pueblo, lo que tenían que hacer; de ahí la importancia de la cultura de la planeación en el sector público: quien ejecuta el plan es quien lo tiene que hacer.
Carlos Matus, el gran teórico de la planeación política, incluso incorporó un término más moderno: la planeación interactiva, a partir de lo cual va a crear el concepto de planeación situacional. Carlos Matus fue el jefe de asesores del primer presidente de izquierda en Latinoamérica, Salvador Allende, quien luego del Golpe de Estado que llevó a cabo Augusto Pinochet en la República de Chile, Matus fue enviado a un calabozo durante 7 años junto con el resto de asesores del presidente; ahí tuvo la oportunidad de disertar y llegar a la conclusión de que su grave error fue no haber considerado la existencia de todo el universo de actores políticos, en este caso a los militares, que justamente fueron quienes los derrocaron. A partir de ahí concluyó que nunca debe darse por “muerto” ningún actor social o político, pues en alguna coyuntura pueden volver a surgir con gran presencia.
Algo muy similar fue lo que se vivió en nuestro país al interior de la UNAM en 1987; el Dr. Jorge Carpizo MacGregor, entonces Rector de la UNAM, tenía un buen Programa de Modernización de la Educación Superior y lo había consensuado con los académicos, administradores y trabajadores manuales, pero dejó de lado a los estudiantes, pues pensó que después de los movimientos de 1968 y 1973, los universitarios habían perdido la capacidad de organizarse y, como tal, de fungir como un actor político; eso fue lo que propició su debacle y que el movimiento se extendiera a varias universidades públicas del país, entre ellas la Universidad Veracruzana (UV); aquí, al frente de la Asamblea Plenaria de estudiantes de la Facultad de Economía, me tocó recibir a Imaz, Santos y, hasta donde recuerdo, a Sheinbaum, el evento lo organizamos en el auditorio “El Che” de la Unidad de Humanidades y después, los lideres de la UNAM, se tuvieron que regresar inmediatamente al D.F., pues el Gobierno del Estado de Veracruz había enviado gente de Seguridad Pública a destrozar mi departamento de estudiante, donde íbamos a realizar la convivencia: en ese entonces los jóvenes de izquierda éramos los enemigos del gobierno.
¿Qué tan importante es la planeación para garantizar la cristalización de propósitos? Pues veámoslo de la siguiente manera: el negocio de toda guerra moderna es la reconstrucción, pues así se obliga al país perdedor a contratar a las empresas del país ganador para lograr la reconstrucción; así Estado Unidos (EU) financió su economía durante varias décadas del siglo pasado, incluso la última fue la invasión de Irak donde se argumentó que Sadam Huseín tenía armas nucleares y con ello justificó la invasión, para después pedir disculpas pues no encontraron estas armas. Todo fue un engaño de EU, pues posteriormente obligó a Irak a contratar a las empresas norteamericanas para recuperar su planta productiva que ellos mismos habían destruido.
Pero para que sea negocio la guerra, no se debe invertir demasiado en tiempo y en recursos, sino ya no resulta negocio; por ello es que a la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, no había negocio para los vencedores, pues ellos habían invertido mucho tiempo y dinero, pero más aun, los países europeos no tenían con que pagar una reconstrucción, pues su economía había quedado desbastada. Y justo ahí es donde George Marshall, Secretario de Estado de Estados Unidos, creo un Plan para la reconstrucción de Europa y, puesto en operación el Plan Marshall, en 4 años se recuperó la economía de toda Europa: 1948-1951. El Plan Marshall no solo ayudó a Europa a salir de la devastación de la guerra, sino que también sentó las bases para la cooperación económica que definiría la integración europea en las décadas siguientes.
Ahora podemos plantear la siguiente pregunta: ¿Veracruz tiene posibilidades de reactivar su economía en 6 años y hacer lo que ningún gobierno ha realizado en materia de crecimiento económico, generación de empleo, superación de la pobreza y reactivación del campo? Por supuesto que si, Veracruz tiene todo para lograrlo; de hecho tiene mas potencial que muchos países del mundo: industria, energéticos, puertos, litorales, 33% del escurrimiento del agua dulce del país, clima, tierra fértil, metrópolis y sobre todo grandes talentos en la academia que, ciertamente carecen de un liderazgo al frente de la Universidad Veracruzana (UV), de una personalidad que realice investigaciones sobre Veracruz y que tenga compromiso social real y no solo retórico y discursivo.
Cuando en 1990, a mis 27 años fundé el Consejo Estatal de Población, hoy COEPO, y elaboré el primer Programa Estatal de Población, era muy difícil contar con grandes talentos, pues maestrías y doctorados de alto rendimiento no existían en la UV, pero hoy en día hay muchos jóvenes y jovencitas que están altamente calificados para aportar al desarrollo de Veracruz. Mi gran maestro en el Colegio de la Frontera Norte (COLEF), donde cursé la maestría de alto rendimiento en Desarrollo Regional, el Dr. Juan Prawda Witenberg, director de Planeación Educativa a nivel federal durante 3 sexenios, desde Reyes Heroles hasta Manuel Bartlett, quien después me invitó a trabajar en la UNESCO, mantenía la premisa central de que se requería promover la cultura de la planeación entre la clase política, pues de esta manera, cuando fueran gobernantes, su actuar aseguraría el desarrollo del país, como de las entidades federativas y de los municipios: nada más cierto, pues leyendo a la inversa esta afirmación, implica que una ausencia en la cultura de la planeación lleva a la desgracia a un territorio, como ha sucedido en Veracruz: ojalá y todo sea diferente con este nuevo gobierno, tengo mis esperanzas cifradas en que estando al frente del gobierno una persona que además de ser mujer proviene de altas esferas de gobierno, sabrá encauzar el desarrollo del estado.
Mis expectativas están también cimentadas en los fundamentos de MORENA, pues debe señalarse que su origen está soportado en las bases de organización social que creo Enrique González Pedrero, con su gran proyecto de Centros Integradores y estrategia de organización social para el desarrollo, que transformó a Tabasco en 4 años y lo sacó de ser un estado marginado a nivel nacional. En ese entonces, en 1983, el presidente del PRI estatal en Tabasco era Andrés Manuel López Obrador, quien conoció muy de cerca este modelo de desarrollo: una organización social construida a partir de red de redes, de liderazgos reales, que se fortalecieron a partir de una planeación interactiva con los ciudadanos, quienes participan en la solución de sus problemas y demandas.
Esta estrategia de organización social para el desarrollo la quiso recuperar Carlos Salinas de Gortari para legitimar su llegada a la presidencia de la República, después del fraude electoral de 1988 en que se presume que el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano había ganado la presidencia; sin embargo, González Pedrero no se prestó a ese enjuague e, incluso, abandonó el PRI; sin embargo, varios de los operadores de la estrategia de gobierno si aceptaron, y sin el sentido de organización social impulsaron desde gobierno federal el programa de Solidaridad.
Ese modelo de desarrollo regional exitoso en nuestro país, que en gran medida es la base de organización social de MORENA, podría ser la alternativa de desarrollo para Veracruz. No necesitamos importar modelos de gobierno de otros países, aquí en nuestro país existe la base teórica y práctica, con resultados concretos y exitosos, para lograr el desarrollo y crecimiento económico de Veracruz.