Dr. Rafael Vela Martínez

En lo que va de la administración Federal el gobierno en turno ha capitalizado ideas y proyectos que anteriores administraciones plantearon y, efectivamente, no pudieron concretar pero que, sin embargo, eran estratégicos y sumamente positivos para el desarrollo y progreso del país, en particular de la región sur y sureste.

Así, desde mediados de la administración de Enrique peña Nieto, el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, reconoció que “México está caminando a diferentes ritmos”; y precisó que de 1980 hasta el 2014, el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante, es decir el ingreso per cápita, en los estados del Bajío y de la Frontera Norte habían crecido 50%; sin embargo, señaló que en el sur del país solamente el aumento había sido de 9%, por lo que  era necesario que se crearan Zonas Económicas Especiales (ZEE), como una alternativa para potenciar el desarrollo de estas regiones en rezago; entre las ZEE se propuso las de Coatzacoalcos y Salina Cruz, para fomentar el desarrollo del Istmo de Tehuantepec. El proyecto tuvo como objetivo impulsar regiones de bajo desarrollo industrial con alto potencial comercial; y, generar un mecanismo alterno de incentivos a la inversión extranjera directa, independiente de los proyectos específicos de cada sector productivo, incluido el energético.

Con la llegada del actual gobierno federal, el presidente eliminó el programa creado en el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero, tratándose del Istmo de Tehuantepec, retomó el modelo de parques industriales. El 19 de noviembre del 2019 se lee en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que el Ejecutivo federal emite un DECRETO por el que se abrogan las diversas Declaratorias de Zonas Económicas Especiales: Puerto Chiapas, de Coatzacoalcos, de Lázaro Cárdenas-La Unión, de Progreso, de Salina Cruz, de Campeche y de Tabasco

Otro argumento para desaparecer el soporte de las ZEE también fue que, por parte de las entidades federativas y los municipios, no se habían reportado inversiones públicas productivas y de equipamiento urbano para el desarrollo de dichas Zonas y sus áreas de influencia, tal y como actualmente sucede en cuanto a falta de inversión de los gobiernos estatales y municipales.

Posteriormente, a mediados de su administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador recupera en gran medida la idea de ZEE, pues  aseguró que a lo largo de la ruta del Tren del Istmo se crearía una decena de polígonos de desarrollo con sendos parques industriales en los que se fomentaría la inversión y la creación de empleos; incluso, tal y como se leía en el sexenio anterior, da a conocer que  “Las empresas que se instalen en estos parques industriales recibirán subsidio, apoyo, que se les reduzca, se disminuya el IVA, como lo estamos haciendo en la frontera norte, a la mitad, que en vez de pagar 16% paguen el 8%; y lo mismo el Impuesto Sobre la Renta, bajarlo al 20%”.

Como se puede apreciar, estas condiciones fiscales benéficas son muy similares a las del programa de las ZEE, creadas durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y que el actual mandatario eliminó por decreto en noviembre de 2019.

Sobre lo antes expuesto quiero recuperar parte del capítulo de un libro que se publicó en 2016 y que lo presente en la UNAM, por cierto, siendo uno de los participantes el ahora director general de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, quien justamente me solicitó mi documento que presenté en aquel evento convocado por integrantes de la Asociación Mexicana de Ciencias para el Desarrollo Regional (AMECIDER). El documento es un tanto extenso, consta de 53 cuartillas, por ello solo expondré aquí algunas cuestiones que me parecen relevantes en términos de propuestas que realicé en aquel momento y que siguen siendo vigentes por cuanto los Gobiernos de Oaxaca y Veracruz, así como los municipios impactados, NO han realizado su tarea, en términos de inversión productiva que capitalice este gran proyecto Transístmico. Pero, sobre todo, con el ánimo de que ahora, en plena campaña por la gubernatura de Veracruz, pueda aportar algunas ideas, para trascender la retórica de los políticos y, ojalá sean recuperadas, si es el caso, para potenciar el desarrollo de Veracruz.

Contemplar la inclusión de la zona urbana de Minatitlán y Cosoleacaque en la ZEE, debido a la continuidad con Coatzacoalcos y el abastecimiento de gas y gasolina que proporcionan a la región. La ZEE debe comprender a los municipios de Minatitlán y Cosoleacaque, en principio porque están en la línea (recta) de tránsito de Coatzacoalcos a Salina Cruz; además porque Minatitlán es una ciudad media y centro nodal de la Zona Metropolitana (ZM) de Minatitlán, que puede escalar con relativa facilidad su infraestructura en comunicaciones, infraestructura hotelera, pero sobre todo su infraestructura educativa que estaría favoreciendo la configuración de mercados especializados de mano de obra; en el caso de Cosoleacaque se destaca que es un municipio que cuenta con el Complejo Petroquímico Pajaritos donde se produce gasolina, gas y otros derivados del petróleo.

Crear y definir un convenio de beneficios compartidos que incluyan a los municipios de Soteapan, Oteapan, Pajapan y Chinameca, ya que dichos municipios se encuentran cerca de la presa Yuribia, lo cual servirá de atenuante a los efectos de la contaminación producidos por la industria.

Impulsar el desarrollo polarizado de las zonas metropolitanas que se encuentran inmersas en el corredor Coatzacoalcos – Salina Cruz.

Es importante que la inversión del Gobierno Federal sea dirigida a la creación de infraestructura moderna que facilite economías de aglomeración. La importancia de generar economías de aglomeración radica en establecer los enlaces hacia atrás (proveedores) y lateralmente inducidos que aseguren una demanda más allá de salarios e incremento del número de empleos, e incluso favorece la transferencia tecnológica.

Generar sinergias entre las empresas extranjeras y los productores locales.

Creación de parques industriales que permita la formación de clúster económicos, atendiendo a las características regionales.

Creación de drenajes industriales para evitar daños ambientales irreparables.

Crear programas de desarrollo industrial compatibles con los planes de desarrollo de las Zonas Metropolitanas y el plan Veracruzano de Desarrollo.

Se requiere de un pacto político con las diferentes fuerzas y actores político-sociales que asegure un clima de certidumbre y confianza para los inversores.

Reorientar los objetivos de las instituciones profesionalizantes (Universidad Veracruzana y Tecnológicos) de la mano de obra, a fin de generar técnicos altamente especializados y capital humano enfocado en el desarrollo de tecnologías de la información, aeronáutica, industria automotriz, entre otras.

Creación de un sector turístico de clase mundial, el cual identifique perfectamente la vocación regional de las zonas metropolitanas, además de contar con vías de comunicación terrestres y áreas debidamente equipadas y funcionales.

Creación de zonas hoteleras de clase mundial, para que los inversionistas y sus familias puedan disfrutar de diversas actividades y relajación.

Desarrollo de centros de investigación vinculados a la temática productiva de la Zona Económica, para lo cual se preverá dentro de los parques industriales espacios para su implantación.

Propiciar, a través de la UV, la generación de conocimiento con una perspectiva de transferencia tecnológica hacia los actores económicos regionales, así como generación y desarrollo de tecnología.

Condiciones fiscales y arancelarias favorables a la empresa.

Desarrollo adecuado de la industria y fortalecimiento de la cooperación económica y tecnológica dentro de la zona, fomentando la apertura al exterior.

Pues bien, estas son algunas ideas a nivel de propuestas para detonar el desarrollo de la zona sur de Veracruz y el corredor transístmico, ojalá y con la nueva administración de Gobierno del Estado, se cuente con gobernantes que conozcan la entidad y que sean comprometidos con el bienestar de los veracruzanos y no solo con sus bolsillos.