Dr. Rafael Vela Martínez.
No obstante las grandes inversiones de Gobierno Federal en el sureste del país, principalmente centradas en el Tren Maya, que impacta a los estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche y Chiapas; el Corredor Interoceánico con presencia en los estados de Veracruz y Oaxaca; y la Refinería de Dos Bocas localizada en Tabasco, de acuerdo con datos el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el primer semestre del 2023, Quintana Roo presentó la caída anual más pronunciada en exportaciones con un retroceso de 86.7 por ciento; le siguieron en mayores bajas de las ventas al exterior, Campeche (28.3%), Chiapas (23.8%), Michoacán (16.5%) y Veracruz (15.0 por ciento).
Ciertamente hay que reconocer al Gobierno Federal la intención de reactivar el desarrollo económico del sur y sureste del país; sin embargo, está claro que por sí solos estos proyectos no van a alcanzar su objetivo, se necesitan otros impulsos, para elevar el nivel de desarrollo económico de estos estados, tal y como una política industrial y en principio agroindustrial, para enlazar la reactivación del sector agrícola con un proceso de industrialización en estas entidades federativas.
Con el impulso de estos mega proyectos en el sureste mexicano, se ha descuidado el sector agropecuario, pues muchos trabajadores del campo han migrado para contratarse como peones y han abandonado sus parcelas; y por supuesto, esto ha impactado al sistema alimentario nacional, de tal forma que las importaciones mexicanas se incrementaron en el 2022 hasta un 11.7%; de hecho México importó desde Estados Unidos sobre todo maíz (4,987 millones de dólares), soya (3,640 millones), carne de cerdo (1,736 millones), trigo (1,590 millones) y leche y crema concentrada (1,397 millones).
Es claro que los gobiernos de las entidades federativas impactadas, como el caso de Veracruz, no impulsaron proyectos estratégicos para capitalizar las inversiones de Gobierno Federal; por el contrario, en tanto era una válvula de escape del desempleo, dejaron que la mano de obra migrara hacia los lugares donde se desarrollaban estas grandes obras, sin considerar que también ha migrado gente del campo que estaban produciendo alimentos para consumo humano.
Para el caso de Veracruz, la administración federal necesita replantearse sus estrategias de impacto industrial, pues con los 10 parques industriales proyectados para el Corredor Transístmico, no se garantiza la industrialización, si acaso no se condiciona el perfil de dichos parques, ya que puede suceder que se conviertan en bodegas de mercancías de transnacionales o patios de maniobras de contenedores y transportes de carga pesada; incluso, es necesario garantizar certeza jurídica a los inversionistas; seguridad pública, pues un corredor de alta delincuencia; energías limpias y, por supuesto, mano de obra calificada.
En la expectativa del Nearshoring, como un factor detonante de la actividad económica en los 26 municipios directamente impactados por el Proyecto Transístmico, se corre el riego de que efectivamente puedan llegar multinacionales, pero traigan consigo sus empresas satélites (proveedoras) y toda la mano de obra necesaria para operarlas. Esta hipótesis se fortalece cada vez más en razón de que en promedio, todos los municipios de esta región del Istmo de Veracruz tienen una tasa de analfabetismo del 8.6%, superior al indicador a nivel nacional que para el año 2021 fue del 4.7%; incluso los municipios de Acayucan, Jesús Carranza, Oluta, San Juan Evangelista Sayula de Alemán y Texistepec registran una tasa de analfabetismo superior al 12%.
En cuestiones de salud, la situación es más grave, la población sin acceso a dicho servicio en el estado de Veracruz, es la siguiente: de las 14 municipalidades que en la entidad conforman esta región, siete presentan casos extremos; el primero es Sayula de Alemán donde casi el 46% de la población no tiene acceso a este servicio; le siguen Acayucan, con un 38.86%; Texistepec, con 38.79%; Soconusco, con el 37.50%; San Juan Evangelista con el 35.93%; Oluta con 35.62% y Jesús Carranza con 33.54%; sin acceso a servicios de salud, el promedio para la región de los municipios veracruzanos impactados por el proyecto transístmico es de 31.60%.
Bajo este escenario las preguntas surgen de manera natural: ¿Qué está haciendo el Gobierno de Veracruz para superar estas limitaciones estructurales en educación y salud, e incluso en infraestructura? Y La siguiente pregunta ¿Qué debería hacer el Gobierno del Estado y demás instituciones de la entidad para capitalizar este gran proyecto del Corredor Transístmico? Sobre el particular, por falta de espacio, lo abordaremos en mi siguiente entrega, pero si usted tiene alguna propuesta, será bien recibida en el siguiente correo electrónico: [email protected].