Así lo dice La Mont

Biografía Embajador Johnson

Perfil: El Centro y Escuela de Guerra Especial, ubicado en el Fort Liberty de Carolina del Norte, una de las instituciones élite del Ejército que entrena a sus alumnos en tres ramas de operaciones especiales, las fuerzas especiales, asuntos cívicos y operaciones psicológicas, publicó en 2023 una biografía de Johnson que se leía como hoja de servicios: “Se enlistó en la Guardia Nacional del Ejército en 1971. Completó la Escuela de Candidatos a Oficiales en 1973 y se graduó del curso para oficiales de las Fuerzas Especiales en 1977, mientras fue asignado al 20º Grupo de Fuerzas Especiales Aerotransportadas. En 1984 comenzó su obligación de tiempo completo como comandante de destacamento del Tercer Batallón y del 7º Grupo de Fuerzas Especiales Aerotransportadas en Panamá. Pasó un tiempo significativo de su carrera militar en el Comando Sur y tiene un español fluido. Encabezó operaciones de combate en El Salvador y fue uno de los 55 consejeros militares durante la guerra civil en los 80″.

“También fue destacado en los Balcanes en los 90, como oficial sénior de un equipo integrado por elementos de la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional y personal de la Misión Especial, para capturar a personas acusadas de crímenes de guerra. Luego de su carrera militar, realizó una segunda en la CIA y participó en experiencias de combate y operativas en todo el mundo. También fue representante superior tanto para la Dirección Nacional de Inteligencia y la CIA en el Comando Sur y enlace de Ciencia y Tecnología del Comando de Operaciones Especiales de la CIA”. Johnson residió varios años en Latinoamérica, aunque el país donde más se involucró fue en El Salvador.

Organizaciones de derechos humanos lo acusan de apoyar la represión durante la guerra civil en los 80. En su testimonio de confirmación como embajador en El Salvador en 2019 ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, presidido en ese entonces por Marco Rubio, secretario de Estado designado por Trump, dijo que para “Estados Unidos, combatir el crimen trasnacional y contener la migración ilegal son prioridades fundamentales. Están vinculadas a un lento crecimiento económico y desempleo”. Johnson llegó a El Salvador para ampliar y profundizar la agenda de Washington, apoyada en programas para fortalecer el sistema de justicia criminal, con coordinación e intercambio de información, luchas contra las pandillas y construcción de una reforma institucional que fortaleciera el combate a criminales.

Estos objetivos, dijo Donald Trump que deben instrumentarse en México, porque la reforma judicial recientemente aprobada fue criticada porque abrirá la posibilidad de que los criminales controlen a los juzgadores.

En un ensayo de Rubén Zamora, miembro fundador del Frente Democrático Revolucionario y negociador de la paz en El Salvador, meses después de la llegada de Johnson a ese país, menciona que su trabajo produjo fuertes golpes a las pandillas, pero con un costo: Bukele se convirtió en el típico “sí señor”, instrumentando las desastrosas políticas antimigrantes de Trump, aceptando la línea dura que les imponía, sin presentar resistencia, aunque violara la ley internacional.

Zamora describió la forma como operó Johnson durante los primeros cuatro meses de su llegada a El Salvador, utilizando las redes sociales y difundiendo fotografías donde aparecía regularmente escoltado por Bukele y el ministro de Defensa. La política exterior salvadoreña, recordó Zamora, capituló. Johnson, para efectos prácticos, se convirtió en un procónsul, un gobernador o administrador. Que sirva esto en México, como un comportamiento que no debemos permitir.

Entre otras cosas: la presidenta de SCJN, Norma Piña, denunció que tres sentencias adversas al Gobierno, dictadas en dos meses en 2023, recrudecieron la campaña permanente de ataques contra la Corte que inició en 2019 y culminó con la reforma para elegir a los jueces por voto popular. En su segundo y último informe, la ministra Piña sostuvo que su elección al frente de la Corte, en enero de 2023, significó el regreso de la plena autonomía de la SCJN y el inicio de una ofensiva del Gobierno y los medios oficiales para revertirla, por no sumarse a su proyecto político.

Agregó que la reforma judicial tiene dos problemas de origen: se hizo sin diagnóstico y se basa en una narrativa falsa, una post verdad que apeló sólo a emociones y sentimientos. Norma Piña detalló los casos de 2023, que calificó como punto de quiebre con el gobierno de López Obrador, a quien no mencionó por su nombre. En abril, la invalidez del traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional; en mayo, la nulidad del decreto presidencial para clasificar como seguridad nacional y exentar de trámites sus obras prioritarias y en junio, la cancelación del Plan B de reformas electorales. «Cada vez que la Corte resolvió uno de esos casos, las y los ministros que votamos en contra de lo que el gobierno percibió como contrario a su proyecto político, fuimos acusados de traidores, corruptos, aliados de minorías rapaces y de la delincuencia organizada.

Todo por ejercer nuestra función como jueces Constitucionales y de cara a la sociedad», dijo. «En cambio, cuando la Corte resolvía casos de forma que se percibía favorable al gobierno, dichas resoluciones se celebraban públicamente y se llamaba traidores a la patria y al pueblo a quienes promovieron medios Constitucionales de defensa para controvertir políticas, iniciativas o proyectos gubernamentales». Sin embargo, aclaró, 2023 fue el endurecimiento que inició con la llegada de López Obrador al poder.

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