Por: Fernando Dávila
El gobierno de Estados Unidos anunció su retirada de manera oficial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para finales de 2026.


Esta decisión, impulsada por la administración del actual presidente Donald Trump, no es la primera vez que se registra en el país de las barras y las estrellas. La UNESCO ha confirmado que es la tercera ocasión en la que se ha abandonado al organismo, y se ha alegado que la razón proviene de “causas culturales divisivas” calificadas de “woke”, es decir, no se alinean con la política “American First”.
Además, otro motivo citado fue la adhesión de Palestina como un Estado miembro desde 2011, lo cual EE. UU ha considerado contrario a su política, pues esta actúa en contra de los intereses estadounidenses e israelíes, lo que genera una presunta señal de parcialidad política dentro del sistema multilateral.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, lamentó la decisión, pero aseguró que la organización está preparada. Recordó que, desde 2018, han implementado reformas estructurales y han diversificado sus fuentes de financiamiento, por lo que la contribución de EE. UU, equivalente al 8% de presupuesto, ya no es determinante.
Por otro lado, la reacción de Israel fue de inmediato respaldo. El ministro de Exteriores, Gideon Sa’ar, calificó la retirada como “un paso necesario”, pues señaló que la UNESCO parece tener un trato desigual hacia Israel. Ambos países acusan al organismo de tener un sesgo estructural en su contra.
Este anuncio, ha despertado de nuevo el debate sobre el rol de los organismos multilaterales frente a los intereses nacionales. Francia, país sede de la UNESCO, expresó su consternación. Mientras que, analistas advierten que esta decisión podría debilitar los esfuerzos globales, como la cooperación en la educación, cultura y patrimonio.
La salida serpa efectiva hasta diciembre de 2026, pero la UNESCO dejó la puerta abierta a un posible regreso. “Estados Unidos siempre será bienvenido”, afirmó Azoulay, quien anticipó que se mantendrá el diálogo a través de canales con el gobierno, el Congreso e instituciones académicas.