Por: Gilberto Solorza
Una nueva tormenta política sacude a Estados Unidos luego de que el presidente Donald Trump ordenara ataques militares, en coordinación con Israel, contra instalaciones nucleares en Irán sin contar con la aprobación previa del Congreso.
La decisión de Trump —quien gobierna en su segundo mandato tras su reelección en 2024— ha sido calificada por numerosos legisladores como una violación directa a la Constitución de los Estados Unidos. En particular, se cuestiona que haya iniciado hostilidades de gran magnitud sin la autorización legislativa requerida, un acto que algunos comparan con una declaración unilateral de guerra.
“Grave violación constitucional”
Figuras destacadas del ala progresista como Alexandria Ocasio-Cortez y Bernie Sanders no han tardado en calificar la acción como motivo suficiente para iniciar un nuevo juicio político. “La desastrosa decisión del presidente de bombardear Irán sin autorización es una grave violación de la Constitución y de los poderes de guerra del Congreso. Ha puesto en riesgo una guerra que podría durar generaciones. Es claramente motivo de impeachment”, declaró Ocasio-Cortez ante los medios.
Por su parte, Sanders subrayó que “una democracia no puede permitir que el presidente actúe como un monarca”. Ambos legisladores han hecho un llamado urgente a sus colegas para iniciar un proceso de destitución.
Aunque la mayoría de la bancada republicana ha cerrado filas en torno a Trump, argumentando que el presidente actuó para neutralizar una amenaza potencial, algunas voces disidentes han emergido desde el interior del partido. Los representantes Thomas Massie y Warren Davidson se manifestaron abiertamente en contra del bombardeo, advirtiendo que “el Congreso no puede seguir renunciando a su autoridad constitucional en asuntos de guerra”.
Para Massie, “el precedente que estamos sentando es peligroso, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca. Esta no es una cuestión de lealtad partidista, sino de principios fundamentales”.
¿Un tercer juicio político para Trump?
Trump ya cuenta con un historial único: ha sido sometido a dos procesos de impeachment durante su primer mandato, en 2019 y 2021. De avanzar esta nueva iniciativa, sería el primer presidente en enfrentar un tercer juicio político, ahora por una acción militar que ha elevado las tensiones internacionales y encendido las alarmas sobre una posible escalada bélica en Medio Oriente.
Para que el proceso prospere, la Cámara de Representantes —de mayoría demócrata— deberá aprobar los artículos de impeachment por mayoría simple. Posteriormente, el Senado necesitaría una mayoría calificada de dos tercios para destituir al presidente, lo que representa un umbral difícil de alcanzar sin un número considerable de votos republicanos.
Por su parte, la Casa Blanca ha defendido la operación militar alegando que existía una “amenaza inminente” y que el presidente actuó en defensa nacional. Sin embargo, críticos dentro y fuera del Congreso insisten en que no hay evidencia concreta de dicha amenaza.
La oposición se organiza para evaluar las posibilidades legales y políticas de abrir un nuevo juicio político con la esperanza de delimitar más el enorme poder del presidente o, incluso, destituirlo de su cargo.