Mundial de Corrupción, sedes y poder en FIFA
Antecedentes: La asignación de Qatar como sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2022 destapó uno de los mayores escándalos de corrupción en la historia de la FIFA. Este no fue un proceso transparente, sino una oscura negociación marcada por la compra de votos y el tráfico de influencias, que puso al pequeño país del Golfo bajo los reflectores mundiales por motivos diferentes de lo deportivo.
El Escándalo Qatar y sus actores Involucrados bajo investigaciones del FBI y de la justicia suiza revelaron una red de sobornos pagados a altos funcionarios de la FIFA a cambio de sus votos para elegir a Qatar. Los implicados son numerosos y alcanzaron a ejecutivos de confederaciones regionales y miembros del Comité Ejecutivo de FIFA. Entre los nombres involucrados se encuentran sus ex directivos: Sepp Blatter, expresidente de la FIFA, y Michel Platini, expresidente de la UEFA y vicepresidente de la FIFA.
El escándalo no solo se centró en Qatar 2022, sino también en las irregularidades de la elección de Rusia 2018 todo bajo la lógica mercantilista de la asignatura a partir del 2026 de las Sedes Múltiples: EU, México y Canadá como en 2030 España, Portugal y Marruecos como previamente 2002 Corea y Japón.
Reglas: La FIFA modificó la asignación de sedes en varias ocasiones, y aunque siempre se justifica bajo criterios de desarrollo deportivo y logístico, la razón es mercantil.
Ejemplo: Fueron las preferidas sedes de República de Corea y Japón 2002, el primer y, hasta 2026 único mundial compartido. Si bien registró una rivalidad política intensa que la FIFA medió con una coorganización, la decisión de duplicar sedes le permitió duplicar el acceso a mercados publicitarios y su marketing en dos de las economías más grandes de Asia.
Otra historia: La sede del T-mec México, Estados Unidos y Canadá 2026 operó bajo ese referente y el regreso del magnate inmobiliario Donald Trump a la Casa Blanca. Este salto, 24 años después, es aún más ambicioso al involucrar a tres países y coincide con la expansión del torneo a 48 equipos, lo que planteó una enorme infraestructura que pocos países pueden costear solos.
La elección de Norteamérica garantiza a la FIFA una máxima rentabilidad al asegurar el acceso al inmenso mercado estadounidense (principalmente), al tiempo que reparte los costos de construcción y logística entre tres gobiernos. La lógica es clara: más partidos, más equipos y más territorios significan más ingresos por patrocinios, televisión y venta de entradas.
Fantasma Plattini: Los sobornos, juicios y la Inexplicable Libertad de los directivos de FIFA forman parte del entramado de sobornos a directivos, a menudo disfrazados de «consultorías» o «pagos por servicios». En el caso de Blatter y Platini, fueron investigados por un pago de 2 millones de francos suizos que Blatter le autorizó a Platini en 2011 por inexistentes trabajos de asesoramiento realizados entre 1998 y 2002. A pesar de las suspensiones impuestas por el propio Comité de Ética de la FIFA (que los vetó del fútbol), la justicia penal no los llevó a prisión.
Tras ser acusados de fraude, apropiación indebida y falsedad documental en Suiza, ambos fueron declarados inocentes en 2022 por un tribunal federal suizo. La corte no pudo demostrar de manera concluyente que el pago fuese ilegal o fraudulento, y tanto Blatter como Platini argumentaron que se trataba de un acuerdo verbal por un salario pendiente. Esta absolución generó críticas, pues muchos lo vieron como un fracaso en la persecución de la corrupción al más alto nivel.
Renovación: Bajo el mandato de Gianni Infantino el Mundial 2026 ¿Será diferente a la sombra de corrupción de Qatar 2022. ¿Realmente Gianni Infantino, quien asumió el cargo en 2016 tras la caída de Blatter con la promesa de reformar y limpiar la organización alcanzó ese objetivo de limpiar a FIFA?. Si bien Infantino no fue directamente imputado ni condenado con relación a los grandes escándalos de la era Blatter, su gestión enfrenta múltiples críticas.
Es investigado por supuestos acuerdos informales con un fiscal suizo (caso que fue archivado) y es criticado por su cercanía a líderes políticos autoritarios y por decisiones que parecen priorizar los ingresos sobre la ética, como el impulso para realizar un mundial bienal. Hasta el momento, no existe una sentencia judicial firme que lo declare culpable de actos de corrupción. Respecto a la asignación del Mundial 2026: la sede conjunta de Estados Unidos, México y Canadá se consumó en 2018 mediante un voto abierto de todas las federaciones miembro, en un intento de la FIFA por mostrar más transparencia tras los escándalos.
La candidatura norteamericana (llamada «United») se impuso a Marruecos. La principal razón de su victoria fue la solidez económica y la infraestructura ya existente, que prometía la Copa Mundial más lucrativa de la historia, eliminando el riesgo logístico que caracterizó a otras sedes polémicas.








