El “Sombrero de Paja” se convierte en símbolo de protesta


Por: Gilberto Solorza

En las últimas semanas, colectivos juveniles y usuarios de redes sociales han convocado a manifestaciones en distintas ciudades del país bajo la bandera del personaje Monkey D. Luffy, protagonista del anime japonés One Piece. El emblema del “Sombrero de Paja” se ha convertido en un símbolo de resistencia contra la corrupción y la impunidad.

El grupo Generación Z México, organizador de una de las movilizaciones más recientes en la capital, promovió la marcha como una iniciativa “sin afiliación partidista” para exigir mayor transparencia en el uso de los recursos públicos. En redes sociales, la convocatoria reunió a cientos de usuarios que identifican el símbolo del pirata Luffy como representación de la rebeldía y la lucha por la justicia.

No obstante, la presencia entre los promotores de figuras como Carlos Bello, influencer vinculado al ámbito de las criptomonedas y con antecedentes de apoyo a políticos de derecha como la alcaldesa Alessandra Rojo y el ex presidente Felipe Calderón, generó controversia. Diversos internautas cuestionaron la supuesta neutralidad del movimiento y señalaron que su discurso podría estar influenciado por actores políticos tradicionales.

Críticos del uso del símbolo señalaron que el mensaje original del personaje podría estar siendo desvirtuado. “El Sombrero de Paja representa una rebeldía contra las jerarquías y el abuso del poder; apropiarse de ese emblema desde sectores cercanos a la élite resulta contradictorio”, opinó un analista de cultura digital consultado por este medio.

Dentro del universo de One Piece, Luffy se enfrenta a los llamados Dragones Celestiales, una casta de nobles que se consideran divinos, esclavizan personas y simbolizan la desigualdad social. Para algunos usuarios, la paradoja radica en que quienes hoy enarbolan su bandera podrían representar, en términos simbólicos, a esos mismos Dragones Celestiales: sectores privilegiados que se presentan como rebeldes frente al poder político.

Por su parte, los organizadores de Generación Z México rechazaron estas críticas y sostuvieron que el uso de la bandera pirata responde únicamente al deseo de expresar inconformidad ciudadana. “No buscamos dividir ni promover partidos, sino inspirar a más jóvenes a participar activamente contra la corrupción”, señalaron en un comunicado publicado en sus redes oficiales.

Especialistas en comunicación y cultura digital coinciden en que la apropiación de íconos del entretenimiento global en contextos políticos es una práctica cada vez más común, aunque su interpretación puede variar según el contexto.

Mientras tanto, las convocatorias para nuevas marchas con el estandarte del “Sombrero de Paja” continúan circulando en redes sociales, acompañadas de mensajes que llaman a la “rebeldía contra la corrupción” y al activismo juvenil.

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