Así lo dice La Mont

Nuestro Centro Histórico

Ambulantes !uníos!: El Gobierno de la Ciudad de México anunció que se ejecutará un plan de reordenamiento y reducción del comercio en la vía pública para liberar, por medio del diálogo y “por encima de intereses políticos, particulares o de grupo”, las calles del Centro Histórico, así como avenida Juárez, el Eje Central Lázaro Cárdenas, la Alameda Central y la Plaza de la Solidaridad, donde se estima que unas 13 mil personas ejercen esa actividad.

La jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, informó que esta estrategia incluye proyectos para su repoblamiento, acciones en materia de seguridad para impedir despojos e invasiones, así como el uso ilegal de bodegas o comercios, la visibilización de sitios culturales y patrimoniales con un nuevo modelo de gobernanza del Centro Histórico.

El subsecretario de Programas de Alcaldías, Adolfo Llubere, precisó que se instalará una comisión consultiva con la participación de los sectores privado, social, cultural, de la academia y de las organizaciones de comerciantes, en un acuerdo de corresponsabilidad sin renunciar a la facultad que tiene el gobierno para ordenar los lugares públicos y la actividad comercial para proteger una de las zonas patrimoniales más importantes de la ciudad y del país.

Dijo que se revisó la situación de las plazas comerciales entregadas en procesos de reordenamiento anterior y hay 19 con el permiso administrativo temporal revocable vigente y 28 en proceso de renovación, por lo que uno de los objetivos del plan es generar ingresos para la ciudad con el pago de aprovechamiento por el uso de estos inmuebles de dominio público por los comerciantes que serán reubicados. También anunció una inversión de 240 millones de pesos para la rehabilitación y mantenimiento de 80 mercados públicos de la capital.

Luego de que la Auditoría Superior de la Ciudad de México detectó diversas anomalías en los centros de abasto, como la carencia de un seguro por daños a terceros y obras de rehabilitación no comprobables, se anunció una nueva inversión millonaria con el fin de convertir esos lugares en espacios seguros para sus locatarios y visitantes. Según un diagnóstico realizado por el gobierno central, los 80 mercados a los que inicialmente se brindará mantenimiento recibirán intervención prioritaria en instalaciones eléctricas, hidráulicas, sanitarias y de gas.

Entre otras cosas: De nueva cuenta, Germán Larrea mordió el polvo en su renovado intento, el primero fue en 2023, por quedarse con Banamex, una de las mayores instituciones bancarias que operan en México y en buena medida fue su segundo fracaso al hilo y se debe a que el padrino de la familia Carlos Salinas de Gortari, junto con su escudero Pedro Aspe Armella, ya no decide quién se queda o no con tal o cual banco, como lo hizo en la reprivatización bancaria de 1991-1992 de la que el propio Larrea fue beneficiario, en particular, y con los bienes de la nación, en general, como la compañía Minera de Cananea, que pasó a formar parte de los haberes del magnate; los ferrocarriles se los entregó después Ernesto Zedillo. Carlos Salinas ya no pudo intervenir para de nueva cuenta favorecer a Larrea.

En esta ocasión, el barón no huyó de miedo ni aventó la papa caliente, como en Pasta de Conchos y en el derrame de tóxicos en el río Sonora y Bacanuchi, a sus gobiernos protectores de Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto, como acostumbra, sino que fue la propia transnacional financiera estadounidense, hasta ahora propietaria de Banamex, quien lo mandó rigurosamente al cajón de los recuerdos.

Citigroup no dejó de correr los 10 días que le dio de plazo Grupo México, de Germán Larrea, para responderle que rechazaba su oferta por el 100 por ciento de las acciones de Banamex. “Después de evaluar cuidadosamente la propuesta, incluyendo sin limitación consideraciones financieras y de certeza de la operación, hemos comunicado a Grupo México que Citi rechaza su oferta; creemos firmemente que la operación anunciada el 24 de septiembre de 2025 y la oferta pública inicial accionaria planificada nos permitirán completar la desinversión de Banamex de una manera responsable y maximizar el valor para nuestros accionistas”, aseguró ese banco en un comunicado.

Carísimo le salió a Larrea su segunda intentona –fallida, desde luego– por quedarse con Banamex: cuando públicamente hizo el anuncio, el lunes pasado, el precio de las acciones de Grupo México (de su propiedad) en la Bolsa Mexicana de Valores se desplomaron 15.43 por ciento (que al tóxico barón le representó una pérdida estimada en 190 mil millones de pesos), algo que al mismo tiempo reflejó el rechazo de la mafia financiera a la eventual presencia del magnate en su territorio. Días después, dicho precio se “recuperó” 0.9, 1.63 y 1.85 por ciento (hasta ayer), lo que ni lejanamente compensa la caída del primer día de la semana.

Pero Larrea no puede quejarse: con la reprivatización salinista de la banca se benefició, como accionista, de la venta de Banamex (agosto de 1991) al Grupo Financiero Accival, con Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú como cabezas visibles. No sólo eso: también fue uno de los “rescatados” por el Fobaproa (1995), cuando el gobierno zedillista aceptó que Banamex dejara en la “panza” de ese fondo todo el mugrero que tenía en su contabilidad (incluyendo créditos no pagados de los propios accionistas). Algo más: sacó enorme raja de la venta de Banamex a Citigroup (2001), por la evasión fiscal que (autorizada por Vicente Fox y Francisco Gil Díaz) conllevó esa operación y por los 12 mil 500 millones de dólares que los gringos pagaron para quedarse con la institución otrora mexicana.

Tal vez Larrea, frustrado, se refugie en su palaciega villa en la Toscana, Italia, o se entretenga en el Hipódromo de las Américas (unos de sus vicios y fuente de negocios), con sus caballos de precios multimillonarios. Eso sí, el fracaso, en dos tiempos, nadie se lo quita.

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