Así lo dice La Mont

SOS Trump a Hamas y alianza Fresnillo-Campeche

SOS Washington: El presidente Donald Trump advirtió que «no tolerará» ningún retraso en la aplicación de su plan para Gaza, no es solo una declaración política; es un recordatorio que la geopolítica de Oriente Medio se reajusta dramáticamente cuando él interviene.

Su estilo disruptivo, vuelve a poner la región al límite. No sé trata de un simple llamado a la acción, sino de un ultimátum en con el peso de la influencia estadounidense, incluso desde fuera de la Casa Blanca. La clave radica en un plan que, sin detallarse para el público se cree que busca una solución para el estancamiento de Gaza, un área que Trump siempre consideró un foco de inestabilidad que debía ser abordado con «fuerza y determinación».

La velocidad y la «no tolerancia al estancamiento » son la firma de su enfoque, que desprecia la diplomacia lenta y aboga por resultados inmediatos, a menudo pasando por alto las complejidades históricas y las sensibilidades culturales. La velocidad es, para sus críticos, una receta para el desastre, mientras que sus seguidores la ven como la única forma de romper el ciclo de violencia como erróneas negociaciones que simbolizan al conflicto durante décadas.

La mención de un «Plan para Gaza» de esta magnitud resucita el debate sobre el rol de Washington en el conflicto israelí-palestino, especialmente después de los Acuerdos de Abraham, una hazaña diplomática de su administración que reconfiguró las alianzas regionales, pero que dejó a la causa palestina sintiéndose más marginada que nunca. La pregunta recurrente en las capitales de todo el mundo es: ¿qué implica la «no tolerancia» de Trump?

Esta frase puede interpretarse como una amenaza de imponer sanciones más duras, de retirar el apoyo humanitario crucial (aunque polémico) o, en el escenario más extremo, de alentar una acción militar más contundente por parte de Israel, justificada como una respuesta a la «obstrucción intencional» de un camino hacia la paz. La retórica de Trump no deja espacio para la ambigüedad en su intención de lograr una solución permanente, aunque su unilateralismo es profundamente preocupante para la comunidad internacional, que ve en él un desprecio por el consenso global y los marcos multilaterales de negociación.

Visones: El desafío directo a Hamás por parte de un líder estadounidense, incluso un expresidente, no puede ser subestimado. El grupo, que controla de facto la Franja de Gaza, opera bajo una lógica que prioriza la resistencia y la dignidad por encima de las consideraciones pragmáticas de corto plazo, especialmente cuando percibe una amenaza a su soberanía. La advertencia de Trump es vista por la dirección de Hamás no solo como una injerencia en los asuntos internos palestinos, sino como un intento descarado de dictar el futuro de Gaza sin una consulta genuina.

Su respuesta, por lo tanto, no será si diplomática. Es probable que el grupo redoble su retórica de rechazo y, posiblemente, busque demostrar su poder y su capacidad para contener cualquier plan unilateral a través de alguna acción simbólica o incluso una escalada limitada. La resistencia al plan de Trump se convertirá en un punto de unión para facciones dentro de Hamás que podrían estar divididas en otras cuestiones, consolidando su postura de «no rendición» ante la presión extranjera.

El riesgo inherente en la posición de Trump es que su «no tolerancia» podría empujar a Hamás a probar los límites de esa amenaza, escalando la situación y llevando a la región a un punto de inflexión peligroso. Una cosa es advertir, y otra muy distinta es tener la capacidad y la voluntad de respaldar esa advertencia con acciones que no resulten en un conflicto mayor.

La credibilidad del ultimátum es la variable más importante aquí. La injerencia de Trump, sea cual sea su forma final, tiene ramificaciones que se extienden mucho más allá de las fronteras de Gaza e Israel. Las potencias regionales, como Egipto, Jordania, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), se encuentran en una posición incómoda. Los países que firmaron los Acuerdos de Abraham con Israel (EAU, Bahréin, Sudán y Marruecos) están ahora obligados a sopesar su nueva relación con Israel con su tradicional apoyo a la causa palestina.

La presión de Trump, si se percibe como demasiado favorable a Israel y perjudicial para los palestinos, podría socavar la normalización y reavivar el sentimiento anti-israelí en el mundo árabe. Por otro lado, Egipto y Jordania, que tienen fronteras directas y tratados de paz con Israel, temen que cualquier inestabilidad en Gaza se desborde, afectando su propia seguridad interna.

La clave de la diplomacia regional en este momento es la búsqueda de un equilibrio precario: evitar una confrontación directa con Estados Unidos, no alienar a Israel y, al mismo tiempo, ofrecer un apoyo creíble a la población de Gaza para evitar el caos. ¿Otro monrealazó?: Sí el senador Saúl Monreal no resulta postulado como candidato de Morena por Zacatecas su lugar será ocupado por el vicecoordinador de la misma bancada guinda Alfonso Ramírez Cuéllar. Así el tercero de la dinastía de los hermanos fresnillenses sería arropado por el PRI de Alejandro Moreno cercano al legislador de la CATEM Pedro Haces

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